Page 17 - Aprendizajes y Legados del Trabajo en el Campo
P. 17
Capítulo 2 - Diseñando Sistemas de Salud para
Sumar Voz y Valor a las Comunidades, 1986 a 2008
Resumen
a expansión de la democracia en América Latina durante la década de 1990 trajo consigo
una oportunidad para diseñar sistemas de salud abiertos a las propuestas de la comunidad, a
L diferencia de los modelos centralizados de épocas anteriores. Para ayudar a impulsar esa visión,
entre 1998 y 2006, la Fundación Kellogg brindó su apoyo a 314 proyectos de salud en 21 países
de la región. Los servicios que se ofrecían se centraban principalmente en la atención primaria en
poblaciones desatendidas: jóvenes, pueblos indígenas y comunidades marginadas. Las universidades,
que alguna vez formaron médicos y personal de enfermería exclusivamente en hospitales, ahora
brindaban capacitación en clínicas urbanas y rurales para que los profesionales del cuidado de la salud
pudieran comprender mejor las necesidades de primera línea de la comunidad. Al mismo tiempo, los
donativos para el financiamiento de bibliotecas en línea y sistemas de aprendizaje a distancia ayudaban
a los médicos, incluso en los lugares más remotos, a obtener acceso a los más recientes avances, técnicas
y conocimientos de su campo.
Antecedentes
Para comprender la naturaleza y el alcance de los programas de salud de la Fundación en
América Latina y el Caribe después de 1986, es necesario hacer un breve resumen de la evolución
de la labor realizada, comenzando con el primer apoyo financiero que otorgó en la región en 1941.
Al principio, los esfuerzos estaban orientados al fortalecimiento de las capacidades del
cuerpo docente en escuelas de Medicina y Odontología, por medio de becas de corto plazo.
Más adelante, los esfuerzos se centraron en el desarrollo de infraestructura, como las bibliotecas
y laboratorios de estas instituciones. La Fundación promovía las innovaciones dirigidas por
exbecarios. Un ejemplo de esto fue el primer programa de intercambio de estudiantes de Medicina
en la Universidad Federal de Bahía, Brasil, en 1960.
A finales de la década de 1960 y principios de la de 1970, se ajustaron los objetivos, lo que
dio como resultado que los fondos para proyectos específicos sobrepasaran en proporción a los
destinados al programa de becas. Durante este periodo, la Fundación apoyó de forma significativa
la atención médica y dental preventiva, social y comunitaria por medio del patrocinio a los
programas en diferentes instituciones educativas de la región.
Otra inversión clave de la WKKF durante la época fue el apoyo a tres proyectos en Chile
(Universidad de Chile, Universidad de Concepción y la Pontificia Universidad Católica de Chile),
lo que sentaría las bases de la estrategia para la coordinación de servicios educativos (TSA, por
sus siglas en inglés). Dicha estrategia en los planes de estudio de las facultades de Medicina
resalta la relación que existe entre la educación y la atención médica en las comunidades, y pronto
se convirtió en una estrategia muy valiosa para las universidades y en un sello distintivo de los
programas de la Fundación en la región.
En el documento Estrategias para Mejorar la Salud en América Latina, la WKKF describió la
TSA como un sistema por medio del cual la formación profesional y los servicios orientados a
la salud funcionan en conjunto para lograr sus objetivos respectivos y ofrecer a las personas en
las comunidades cercanas acceso a una mejor atención. Los proyectos llevados a cabo en virtud
de esta estrategia permitieron a los profesores universitarios, investigadores, profesionales
11