Page 25 - Aprendizajes y Legados del Trabajo en el Campo
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La Fundación ha sostenido su compromiso de mejorar el acceso a la información sobre
                   ciencias de la salud desde la década de 1950. Se detectó, en aquel entonces, que los estudiantes
                   de Medicina, Enfermería y Odontología de la región contaban con acceso limitado a libros de
                   texto en la materia. A su vez, las bibliotecas universitarias no contaban con equipo suficiente para
                   otorgar un espacio adecuado para el aprendizaje. Se otorgaron varios donativos, particularmente
                   a las facultades de Enfermería, para comprar y/o traducir libros de texto. En 1972, la OPS, gracias
                   a un financiamiento de la Fundación, desarrolló un programa académico para los bibliotecarios
                   de la región, mejorando así la calidad de los servicios para los estudiantes. Este proyecto fue
                   fundamental para la creación de BIREME (antes la Biblioteca Regional de Medicina), uno de los
                   centros más prestigiosos a cargo de la OPS.
                        Ubicado en la Facultad Paulista de Medicina en Sao Paulo, BIREME abrió sus puertas en
                   1967 gracias a la colaboración entre la Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos,
                   la OPS, el Gobierno de Brasil, el Commonwealth Fund y la Facultad Paulista de Medicina.  Su
                   misión era ayudar a crear un sistema regional para organizar y documentar la información médica
                   existente y conectar a las facultades de Ciencias de la Salud en América Latina con la Biblioteca
                   Nacional de Medicina de los Estados Unidos, así como con las principales bases de datos de
                   relevancia. Una donación realizada en 1972 permitió a BIREME extender su alcance geográfico y
                   asumir así un papel principal en la conformación de una red de bibliotecas de la salud en países
                   en toda la región.
                        Uno de los casos de éxito más destacados de BIREME fue el desarrollo de la base de datos
                   de la Literatura Latinoamericana en Ciencias de la Salud (LILACS) en 1986. La literatura médica
                   latinoamericana era, en aquel entonces, poco organizada, dispersa, con poco reconocimiento a
                   nivel internacional (menos del 5% de las publicaciones médicas en América Latina y el Caribe se
                   mencionaban a nivel internacional) y estaba centralizada en las bibliotecas de algunas cuantas
                   instituciones educativas. LILACS fue una oportunidad que BIREME aprovechó para recopilar y
                   sistematizar esta literatura que, a pesar de ser valiosa, se encontraba en gran medida en un área
                   gris entre la literatura científica oficial y la extraoficial. Al comienzo, 20 centros en la región se
                   encargaron de contribuir a LILACS enviando documentos por correo a las oficinas centrales de
                   la institución en Sao Paulo. A pesar de los inconvenientes que representó armar este material
                   (físicamente), tanto BIREME como sus colaboradores encabezaron la creación de una base de
                   datos sólida, que poco después se convirtió en una necesidad primordial para el desarrollo de la
                   región.
                        A finales de la década de 1980, el acceso a equipos de cómputo era aún muy limitado en
                   muchas de las universidades latinoamericanas. El formato CD-ROM era una novedad, y solo se
                   tenía acceso a Internet desde muy pocos centros de vanguardia tecnológica. En 1988, la Fundación
                   donó USD 1.4 millones a BIREME para abordar un problema crítico en el sector salud: las
                   deficiencias tecnológicas en los sistemas de información y documentación de la región. En aquel
                   entonces, la mayoría de las bibliotecas operaba de manera aislada. Estaban limitadas a su entorno
                   geográfico inmediato y rara vez proporcionaban servicios más allá de su zona institucional. Por
                   otro lado, los usuarios de las bibliotecas en lugares remotos pocas veces contaban con los accesos
                   necesarios, los bibliotecarios no contaban con la capacitación adecuada y la información no podía
                   distribuirse correctamente debido a la falta de tecnología, lo que afectaba a las áreas académicas
                   tales como la enfermería, la salud bucal, la administración sanitaria y la salud pública.
                        Con el apoyo financiero de la WKKF, BIREME remodeló su sede principal para instalar
                   una computadora central. Asimismo, contrató expertos para administrar las bases de datos y
                   producir discos CD-ROM que se enviaron a las bibliotecas afiliadas en América Latina y el Caribe.
                   Debido a que el acceso a equipos tecnológicos era muy escaso en esa época, BIREME utilizó
                   estos fondos para adquirir microcomputadoras y donarlas a diferentes bibliotecas. También se
                   entregaron lectores de CD-ROM y se capacitó a los bibliotecarios para utilizar estos formatos de
                   almacenamiento.
                        Probablemente la labor más importante de la WKKF fue ayudar a BIREME a crear una
                   red sofisticada de bibliotecas enfocadas en ciencias de la salud en la región. En cada país que





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