Page 26 - Aprendizajes y Legados del Trabajo en el Campo
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participó, había al menos un núcleo académico encargado de obtener y seleccionar documentos,
                       así como de indexar y almacenar la información en la base de datos. BIREME se ocupó de
                       desarrollar metodologías y modelos automáticos que fueron posteriormente adoptados por
                       cada uno de los miembros de la red. Cada país tenía la posibilidad de crear su propia base de
                       datos con información sobre ciencias de la salud, compartirla con otros programas nacionales
                       y acceder a su información mediante el intercambio de los CD-ROM producidos en las oficinas
                       centrales de BIREME. Básicamente, la alianza entre BIREME y la WKKF ratificó la importancia
                       de las bibliotecas. Ayudó a la difusión de literatura relacionada con las ciencias de la salud que
                       se producía en la región, ampliando el alcance las bases de datos de estas disciplinas, incluyendo
                       Enfermería, Odontología, Salud Pública y Administración Sanitaria. Esto convirtió a LILACS
                       en una de las principales fuentes de información para profesionales e investigadores. Además,
                       mediante el uso de los CD-ROM, BIREME puso al alcance del público la información médica de
                       la base de datos norteamericana Medline. Por primera vez, los profesionales e investigadores en
                       América Latina y el Caribe tenían acceso al trabajo que sus colegas en otros países de la región
                       habían publicado. Esto permitía el aprendizaje dentro de un contexto local, en vez de limitarlo a
                       las experiencias de otras latitudes.
                           Como parte de estos esfuerzos, la WKKF también financió algunos proyectos
                       correlacionados en México, Brasil y Jamaica. Dado a que el proceso de actualización y distribución
                       de la base de datos LILACS dependía de una red de bibliotecas, era crucial aumentar la capacidad
                       de las instituciones para que se encargaran de esa labor. El trabajo en cada país participante se
                       coordinaba mediante centros llamados "núcleos nacionales".
                           En México, el Centro Nacional de Información y Documentación sobre Salud, dependencia
                       de la Secretaría de Salud, creó una red conformada por siete centros universitarios para
                       organizar la información generada en el país. En Brasil, tanto la Facultad de Odontología como
                       la Facultad de Salud Pública en la Universidad de Sao Paulo coordinaron los esfuerzos de
                       docenas de bibliotecas universitarias para ordenar la información disponible sobre salud pública
                       y administración sanitaria. En Jamaica, la Universidad de las Antillas colaboró con 19 centros
                       en siete estados insulares del Caribe de habla inglesa. Estos esfuerzos fueron esenciales para la
                       conformación de la base de datos MEDCARIB, enfocada en los documentos generados en esta
                       región del continente.
                           El trabajo que la Fundación ha llevado a cabo en esta área brinda a los investigadores y
                       profesionales en América Latina y el Caribe (y otras regiones del mundo) acceso a una amplia
                       base de datos con conocimientos locales que, de otra forma, pudieron haber pasado inadvertidos.
                       Además de ayudar a distribuir literatura médica no escrita en inglés ni indexada, el proyecto
                       promovió un sentido de compañerismo y conciencia entre los investigadores latinoamericanos,
                       a quienes les dio una nueva dimensión que dependía menos de los documentos producidos en
                       países desarrollados, cuyos enfoques eran notablemente distintos.

                       Salud de los Adolescentes y Adolescencia Saludable
                           Este programa de la Fundación consistió en dos fases principales para abordar estos temas.
                       Durante la primera, entre 1984 y 1995, el programa buscó atender los problemas de salud de
                       los adolescentes de manera independiente a los pacientes pediátricos y adultos, y capacitar a
                       profesionales para aplicar dichos conocimientos en las unidades de atención primaria. En la
                       segunda, los esfuerzos de la Fundación se centraron principalmente en la promoción de la salud
                       con un enfoque totalmente integral para el desarrollo de la adolescencia: La Iniciativa para una
                       Adolescencia Saludable. En ambas fases, la participación de la OPS fue fundamental para el éxito
                       del programa y la difusión de lo aprendido a raíz de su aplicación.











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