Page 132 - Aprendizajes y Legados del Trabajo en el Campo
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común en los proyectos financiados por la Fundación Kellogg. La capacitación tendía a incluir
habilidades para planificar y organizar proyectos y actividades, gestión de recursos, habilidades
de comunicación y motivación, además de módulos para el crecimiento personal y el desarrollo
de la ciudadanía y la responsabilidad social dentro de la comunidad. En el caso de la Escuela
Muyurina, la capacitación se dirigió específicamente a mujeres jóvenes de 15 a 30 años de edad
en comunidades rurales remotas donde los indicadores de salud eran particularmente bajos y el
índice de analfabetismo de niños y adultos era alto. El objetivo fue capacitarlas para convertirse
en educadoras, permitiéndoles brindar información y servicios básicos en sus comunidades, y en
promotoras capaces de trabajar con las autoridades para ofrecer otros servicios muy necesarios.
Para prepararlas para esta función, las estudiantes recibieron una combinación de formación
presencial y apoyo práctico "in situ" de un equipo multidisciplinario de profesionales que incluía
educadores, personal sanitario y trabajadores sociales.
La mayoría de los becarios ofrecieron capacitación paralela a líderes adultos en las mismas
comunidades. Los líderes incluyeron maestros y directores de escuela, líderes de organizaciones
juveniles, sacerdotes y padres. Los programas de capacitación tenían como objetivo ayudarlos a
aprender acerca de los caminos para el desarrollo saludable de los adolescentes y cómo apoyar
y alentar el servicio comunitario para la juventud. También se centraron en cómo promover una
verdadera colaboración entre grupos y organizaciones de jóvenes y
adultos, incluyendo el reconocimiento y la valoración de los talentos
y habilidades que aportan los jóvenes, y el compartir el liderazgo
De los jóvenes graduados y la gestión organizacional con los jóvenes y sus organizaciones.
del programa de Algunos beneficiarios trabajaron intencionadamente para mejorar las
capacitación laboral de relaciones intergeneracionales dentro de las comunidades. CEDRO
CEDRO, el 70% ciento reunió a los jóvenes y a sus padres en algunos de sus programas de
capacitación y los incentivó a crear clubes familiares para organizar
encontró trabajo, entró actividades culturales, deportivas y recreativas conjuntas y acciones
en un negocio familiar o comunitarias, como proyectos de salud ambiental. SEHAS impartió
creó su propio pequeño capacitación a los líderes y al personal de las organizaciones que
prestan servicios a la juventud para ayudar a fortalecer los servicios
negocio. existentes y promover la colaboración intersectorial para apoyar el
desarrollo de la juventud entre los organismos gubernamentales,
las ONG y las organizaciones comunitarias. Con el apoyo de las
Fundaciones Arcor y Minetti, se estableció una red de organizaciones gubernamentales,
privadas, sin fines de lucro, comunitarias y filantrópicas que ofrecen oportunidades sociales y
vocacionales para los jóvenes como resultado del trabajo de SEHAS.
En general, los resultados de los proyectos de capacitación en liderazgo y servicio
comunitario fueron muy positivos. Muchos jóvenes respondieron positivamente a las nuevas
oportunidades presentadas. Se inició una amplia variedad de proyectos y actividades
comunitarias, incluyendo la organización de actividades para los niños más pequeños, la
prestación de servicios a los ancianos y el establecimiento de proyectos comunitarios con adultos.
Estas actividades ofrecieron importantes vías para el crecimiento y desarrollo personal de los
jóvenes. Les ayudaron a aprender sobre sí mismos, a descubrir y desarrollar nuevos intereses,
talentos y habilidades y a desarrollar un nuevo sentido de responsabilidad social y una ética
de trabajo colaborativo. En todos los casos, surgieron grupos y clubes más fuertes encabezados
por jóvenes. En algunos casos, los jóvenes que habían abandonado sus estudios se sintieron
inspirados a volver a la escuela. También se observaron cambios entre los adultos, quienes se
mostraron más abiertos a la idea de compartir responsabilidades con los jóvenes. En La Paz,
el trabajo de CEMSE con los jóvenes y sus padres y maestros ayudó a fortalecer los consejos
comunitarios responsables de monitorear la calidad de la educación en las escuelas de la ciudad.
En las provincias de Santa Cruz, los procesos iniciados por el programa de capacitación juvenil
de la Escuela Muyurina ayudaron a impulsar un proceso de fortalecimiento institucional en
algunas comunidades, transformando la forma en que se organizaban y buscaban servicios y
recursos para satisfacer sus necesidades.
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