Page 128 - Aprendizajes y Legados del Trabajo en el Campo
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por la WKKF que permitió la "ampliación" de proyectos exitosos para llegar a un mayor número
de jóvenes. Participaron 12 organizaciones juveniles de 10 países de América Latina y el Caribe
en la Red Regional Latinoamericana de la Fundación Internacional de la Juventud. Esta línea
de trabajo continuó durante la década de 2000, cuando la creación de instituciones entre las
organizaciones juveniles fue uno de los cuatro enfoques programáticos para fortalecer el
desarrollo de la juventud en la región de América Latina y el Caribe. Algunos de estos proyectos
se describen en el Capítulo 7.
Estos proyectos, naturalmente, brindaron oportunidades para la capacitación en el
servicio y el desarrollo profesional de los miembros y los voluntarios de las organizaciones
juveniles. Se generó un clúster de proyectos planificados enfocado en la formación de
profesionales (médicos y enfermeros, psicólogos, educadores, trabajadores sociales, abogados,
etc.) que trabajan directamente con los jóvenes. Pero la Fundación otorgó becas a varias
organizaciones que trabajaban con periodistas profesionales y estudiantes de periodismo
con el fin de sensibilizarlos y que cubrieran de manera más positiva las historias de niños
y adolescentes desfavorecidos y excluidos socialmente. Una donación de 1996 ayudó a la
Agencia Brasileña de Noticias para los Derechos del Niño (ANDI) a establecer una pasantía
para estudiantes universitarios de periodismo, exponiéndolos al enfoque de ANDI para la
cobertura de noticias sobre los niños y los jóvenes. Una segunda donación en el año 2000
permitió a ANDI ampliar y reforzar su trabajo con periodistas y las ONG en el noreste. La
ANDI eventualmente estableció una red de agencias de noticias en la región de América Latina
y el Caribe que se especializó en la cobertura positiva de los medios de comunicación para
niños y adolescentes. En 2006, la Fundación financió a un miembro de la red ANDI en Ecuador,
la Agencia de Comunicación para Niños y Adolescentes, para establecer una escuela de
capacitación y una Red Nacional de Comunicadores de Niños y Adolescentes para periodistas
que buscaban cubrir este campo.
Formación Vocacional para Jóvenes y Adultos Jóvenes
A finales de la década de 1980, se estimaba que el desempleo juvenil en América
Latina y el Caribe era tres veces superior al de la población adulta. Los jóvenes tenían más
probabilidades que los adultos de mayor edad de encontrar trabajo en el sector informal,
donde los bajos salarios y la falta de prestaciones eran la norma. El desempleo y el subempleo
son dos de las causas básicas y más arraigadas de la pobreza y la carencia, y su presencia
socava otros esfuerzos de desarrollo. El desempleo es un problema multifacético que refleja
tanto la escasez de oportunidades de empleo en condiciones económicas adversas como la
preparación inadecuada de la mano de obra. En la región de América Latina y el Caribe, los
sistemas educativos deficientes, las altas tasas de deserción escolar y la falta de capacitación
laboral especializada en las poblaciones de bajos ingresos agravaron el problema del
desempleo y el subempleo. En los casos en que las instituciones públicas ofrecen formación
profesional, ésta tiende a ser de mala calidad. Parte de la formación impartida por instituciones
privadas especializadas es de mayor calidad, pero los jóvenes de bajos ingresos a menudo no
cuentan con las calificaciones académicas o los medios necesarios para pagar colegiaturas, o
viven demasiado lejos de los centros de formación.
La Fundación apoyó un gran número de diversos programas de formación profesional
para ayudar a los jóvenes urbanos y rurales desatendidos a acceder a la formación profesional
y encontrar empleo. Algunos eran diplomados dentro de los sistemas de educación formal,
ofrecidos como un elemento de la educación secundaria. Pero la mayoría eran programas de
educación no formal, generalmente dirigidos a jóvenes marginados y adultos jóvenes que
habían abandonado la escuela antes de tiempo o que, en algunos casos, nunca habían asistido.
Algunos programas ofrecían instrucción básica en matemáticas y alfabetización. Todos ofrecían
capacitación en una variedad de habilidades prácticas solicitadas en los mercados locales, a fin de
que los jóvenes obtuvieran mejores oportunidades de trabajo en comparación con sus padres.
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