Page 127 - Aprendizajes y Legados del Trabajo en el Campo
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ellas tendían a abordar cuestiones de un solo enfoque en lugar de crear enfoques integrales de
                   los problemas polifacéticos de los jóvenes, y a menudo trabajaban de manera aislada, con escasa
                   colaboración y aprendizaje entre las instituciones y los sectores.
                       La Fundación trató de financiar proyectos que abordaran estas deficiencias, preferiblemente
                   con organizaciones que pudieran tener un efecto multiplicador dentro o entre los países de la
                   región. Uno de esos esfuerzos fue con el Centro de Apoyo al Desarrollo Local (CEADEL) en
                   Argentina. Entre 1991 y 1994, CEADEL implementó un exitoso proyecto de salud adolescente en
                   Buenos Aires, que incluyó la capacitación de líderes en el sector salud y resultó en la construcción
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                   de un centro juvenil administrado por jóvenes . Una donación en 1995 permitió a CEADEL
                   extender un programa de desarrollo organizacional a 30 organizaciones que trabajaban en
                   una variedad de sectores, incluyendo salud, educación, deportes y recreación y justicia. En el
                   transcurso de dos años, CEADEL reunió a líderes de cada organización,
                   incluyendo profesores, trabajadores sociales, psicólogos, sociólogos
                   y abogados. Se les capacitó en habilidades técnicas y de gestión,   El proyecto se diseñó
                   en la recaudación de fondos y en el trabajo con voluntarios. Cada
                   participante elaboró un plan de desarrollo personal y trabajaron juntos   para ayudar a las
                   para planificar e implementar proyectos basados en la comunidad   organizaciones a entender
                   aprovechando su experiencia profesional colectiva para desarrollar   las implicaciones de la
                   enfoques más globales para trabajar con los jóvenes. En el segundo
                   año, los participantes repitieron la capacitación en sus respectivas   Ley de Derechos del Niño y
                   organizaciones. La OPS publicó un artículo sobre el proyecto, titulado   del Adolescente aprobada
                   "La juventud y el liderazgo transformador", en el que se reconoce el   por el Congreso brasileño
                   enfoque innovador para desarrollar el liderazgo intersectorial de
                   los jóvenes.                                                     en 1990.
                       Otra donación de 1995, esta a la Asociación de Apoyo a Niños
                   y Adolescentes (AMENCAR), con sede en São Leopoldo, en el estado
                   brasileño de Rio Grande do Sul, tuvo un efecto multiplicador similar. AMENCAR brindó
                   asistencia técnica a más de 130 organizaciones juveniles en 14 estados brasileños. El proyecto de
                   un año de duración se diseñó para ayudar a esas organizaciones a comprender las implicaciones
                   que la Ley de Derechos del Niño y del Adolescente de Brasil (aprobada por el Congreso
                   brasileño en 1990) tendría en su trabajo. La Ley definió por primera vez y de manera explícita
                   los derechos de los niños y adolescentes, estableciendo nuevas directrices para las políticas de
                   salud, desarrollo y bienestar de los jóvenes. Entre las directrices, la Ley estableció que los consejos
                   locales de la juventud, integrados por representantes del gobierno y de la sociedad civil, deben
                   supervisar y facilitar la aplicación de la ley. Esto proporcionó una maravillosa oportunidad para
                   que las organizaciones de jóvenes ejercieran su voz en los programas públicos relacionados
                   con la juventud, las políticas y la asignación de recursos. La Ley también estableció un foro
                   para aprender sobre el trabajo de los demás y encontrar maneras de colaborar y crear enfoques
                   intersectoriales para trabajar con los jóvenes. AMENCAR impartió cursos y seminarios y realizó
                   visitas a las instalaciones, llegando a más de 1,000 profesionales en todo el país. Los eventos
                   fueron muy bien recibidos y, a finales de año, las organizaciones involucradas reportaron una
                   mayor participación en los consejos juveniles que antes del proyecto.
                       Durante la década de 1990 se concedieron otras subvenciones similares. En Brasil, Paraguay
                   y Venezuela, tres filiales de American Field Services (AFS) recibieron fondos para ayudar a
                   establecer programas de capacitación para su personal profesional y trabajadores voluntarios y
                   ampliar sus programas de intercambio a grupos más diversos de jóvenes, incluyendo a jóvenes
                   de familias de escasos recursos. Una donación de 1997 a la Federación de Juventud del Caribe
                   le permitió fortalecer los consejos nacionales de juventud en todo el Caribe ayudándoles a
                   desarrollar planes estratégicos y a capacitar a su personal en habilidades de gestión, negociación
                   y liderazgo. Y en 2001, la Fundación Internacional de la Juventud organizó un taller financiado

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