Page 134 - Aprendizajes y Legados del Trabajo en el Campo
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contribuyendo así a la creación de conocimientos en un campo relativamente nuevo. SEHAS
                       recibió una segunda donación menor para evaluar y documentar su trabajo. Produjo varios
                       libros y vídeos sobre el trabajo con jóvenes vulnerables que se distribuyeron a las ONG en
                       todo el país. Algunos de los jóvenes de los programas del CEMSE asistieron y presentaron en
                       reuniones nacionales de jóvenes, y a otros se les invitó a hablar en una sesión del parlamento
                       boliviano sobre los derechos de la niñez y la adolescencia.
                           Muchos de los beneficiarios obtuvieron reconocimiento nacional e incluso internacional
                       por su trabajo innovador. El trabajo de SEHAS recibió reconocimiento y difusión a nivel
                       nacional por parte de los programas de Desarrollo Juvenil y Atención a Grupos Vulnerables
                       del gobierno federal. El gobierno boliviano incorporó la metodología del CEMSE para ayudar
                       a las escuelas a integrar el servicio comunitario en el currículo y en los programas nacionales
                       de reforma educativa. En México, el Instituto Nacional de la Juventud reconoció y adoptó el
                       enfoque "Barrio como Centro Juvenil" del CEJUV y difundió los manuales de capacitación
                       escritos por los profesionales del CEJUV.

                       Apoyo a Proyectos de Juventud y Educación: Redes y Creación de Conocimiento
                           Las múltiples contribuciones de la Fundación Kellogg en los ámbitos de la educación
                       y el desarrollo de la juventud recibieron el apoyo de oportunidades para compartir
                       experiencias y crear y difundir conocimientos. La Fundación organizó una serie de
                       reuniones a lo largo de la década de 1990, reuniendo a becarios, especialistas o ambos de
                       toda América Latina y el Caribe para discutir una visión y enfoques comunes, compartir
                       conocimientos y experiencias, y contribuir a los desarrollos emergentes en sus campos
                       respectivos. También envió consultores expertos para visitar a algunos de los beneficiarios
                       y ayudarles a integrar los últimos conocimientos en su trabajo y a desarrollar respuestas
                       innovadoras a los problemas de su entorno. Además, invitó a los miembros del personal de
                       los beneficiarios a aprender nuevas habilidades en seminarios organizados por la WKKF
                       sobre planificación y evaluación de proyectos.
                           La WKKKF también otorgó subvenciones para que otros promovieran seminarios
                       y conferencias y evaluaran y difundieran sus experiencias. Gran parte de esto ocurrió
                       a nivel de proyecto y se integró en la financiación de los proyectos. Se concedieron
                       algunas subvenciones adicionales para iniciativas nacionales o subregionales/regionales.
                       Una donación al club 4H de Jamaica en 1989 le permitió reunir a 45 representantes de
                       programas juveniles de 15 países de la región del Caribe, incluyendo un joven entre 15 a
                       25 años de edad de cada país. El programa de la conferencia incluyó la discusión de las
                       últimas innovaciones y tendencias en los programas juveniles, con una presentación de
                       cada país. Los talleres de la conferencia se filmaron y se distribuyeron extensamente, y al
                       final de la conferencia surgió un nuevo Consejo Caribeño de 4H. En 1991, la Asociación
                       Kolping de Brasil convocó, con fondos de la WKKF, un seminario para debatir sobre la
                       formación vocacional de los jóvenes al que asistieron instituciones que trabajan con jóvenes
                       de todo el país. Los participantes concluyeron que sus programas no habían podido
                       mantener el ritmo de las diversas necesidades del mercado laboral moderno. La conclusión
                       les ayudó a ellos y a otros a revisar sus programas, y orientar los fondos de la Fundación
                       para programas de educación vocacional.
                           En 1998, la Fundación unió fuerzas con uno de sus beneficiarios, la Asesoría
                       Técnica a Comunidades Oaxaqueñas (ASETECO), para promover un taller conjunto
                       para 25 posibles organizaciones de beneficiarios de nueve países. Todos trabajaron en un
                       campo relativamente ignorado: la formación de educadores para trabajar en programas
                       de educación formal y no formal. En aquel momento, la ASETECO se encontraba
                       implementando un enfoque novedoso para la formación de educadores con la participación
                       directa de los jóvenes de las comunidades rurales. El seminario se diseñó con el fin
                       de promover nuevas ideas teóricas y prácticas para los programas de formación de
                       educadores y promover la creación de redes y la futura colaboración entre las instituciones




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