Page 149 - Aprendizajes y Legados del Trabajo en el Campo
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El Instituto Fonte de Desarrollo Social se creó para prestar servicios similares a las ONG
brasileñas. Sus orígenes se remontan a una donación otorgada por la WKKF en 1997 a la
Fundación Orsa para proporcionar formación especializada al personal de 25 ONG brasileñas
a través de seminarios de grupo, trabajo en red y consultoría in situ adaptada a las necesidades
de cada una de las mismas. Durante los dos años de duración de la donación, Orsa formó a
150 personas. La alta demanda de los servicios logró convencer a los líderes del proyecto de que
Fonte había encontrado un nicho y que podía mantenerse financieramente a través de pagos
por los servicios. La WKKF ayudó a establecer y fortalecer el instituto apoyando oportunidades
de formación en el extranjero para varios miembros del personal. En la actualidad, Fonte sigue
impartiendo cursos de desarrollo profesional y publica una serie de artículos reconocidos a nivel
nacional sobre administración de ONG y mesas directivas.
El Programa de Liderazgo en Filantropía (LIP)
Más allá de aumentar la capacitación de su fuerza laboral, el tercer sector también necesita
mejorar su liderazgo de alto nivel. El objetivo central del programa LIP era desarrollar una masa
crítica de líderes en las Américas que pudieran desempeñar un papel central en el desarrollo
y fortalecimiento de la filantropía en sus países. Era el único programa de su tipo en la región
en ese momento, llenando un vacío que había sido muy notorio por los participantes en los
seminarios filantrópicos de viaje promovidos por la WKKF. El consejo de fideicomisarios
directiva de la Fundación aprobó dos partidas generales por un total de USD 3.44 millones.
La planeación del programa comenzó en 1996, éste se inició en junio de 1997 y duró tres años,
pero la ayuda a los proyectos nacionales continuó más allá de la fecha de finalización formal
de junio de 2000.
En ese momento, el diseño distintivo del programa se consideraba único en los programas
de desarrollo del liderazgo en el continente. Contaba con dos componentes centrales: un
programa educativo integral para el crecimiento individual y un proyecto para el desarrollo de
equipos nacionales de filantropía. El plan de estudios incluía formación práctica en técnicas de
liderazgo y administración, reflexión y debate sobre una serie de cuestiones temáticas como la
responsabilidad social y la ciudadanía, el papel de la filantropía en el desarrollo sostenible y la
organización de la filantropía en los Estados Unidos. Se llevaron a cabo seminarios semestrales
en varios lugares de América Latina y el Caribe y en los Estados Unidos, que incluyeron visitas
a organizaciones como el Banco Mundial, Business for Social Responsibility y la sede de la
Fundación Kellogg.
El segundo componente del programa, diseño e implementación de proyectos nacionales,
tenía un doble objetivo: brindar a los equipos nacionales de becarios la oportunidad de aplicar
su aprendizaje de manera práctica y contribuir a una parte del desarrollo de la filantropía en
cada país. Fue este enfoque colectivo del ejercicio del liderazgo lo que hacía único al programa
LIP. Una parte del tiempo de cada seminario se dedicaba a la consolidación de los equipos y
al diseño de proyectos nacionales. Un comité asesor de expertos en filantropía apoyó a cada
equipo.
El programa recibió a 24 becarios de siete países de América Latina y el Caribe (Argentina,
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Brasil, Chile, Colombia, México, Perú y Panamá ) y de la comunidad hispana de Estados
Unidos. El equipo de cada país tenía de dos a cinco miembros, con la excepción de Panamá,
que tenía uno. Cada participante había estado involucrado en una institución o programa
filantrópico corporativo o familiar antes del LIP, y cada uno había demostrado el compromiso
y la capacidad de ejercer un papel de liderazgo en el desarrollo de la filantropía en su país.
En 1999, dos años después del inicio del programa, los participantes obtuvieron acceso
a financiamiento para proyectos con un valor promedio de donación de USD 295,000. Cada
proyecto se centraba en un diagnóstico de la cultura filantrópica de cada país. Los proyectos en
Brasil, Chile, Panamá y Perú se ocuparon específicamente de aumentar el volumen y el impacto
de la filantropía empresarial. El proyecto brasileño estableció una red llamada Acción para
131 La selección original también incluyó a un becario uruguayo que se retiró antes de presentar un proyecto nacio-
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