Page 145 - Aprendizajes y Legados del Trabajo en el Campo
P. 145

de varias asociaciones o federaciones de ONG en un momento en que muchas de ellas eran
                   nuevas, carecían de funciones e identidades claras y podían haber sido objeto de sospechas
                   y desconfianza por parte de otros sectores y del público en general. Entre los beneficiarios
                   se encontraban la Asociación Brasileña de Organizaciones No Gubernamentales (ABONG) y
                   Alianza ONG en la República Dominicana, CEMEFI en México y el Foro del Sector Social en
                   Argentina. Las donaciones a los dos primeros ayudaron a establecer programas de formación
                   en administración, elaboración de proyectos, desarrollo de fondos y marketing social para
                   sus asociados. El Foro del Sector Social Argentino se centró en la creación de un código de
                   ética para las ONG, proponiendo un marco legal y fiscal revisado para las actividades de las
                   ONG y mejorando la imagen y la comprensión pública del papel de las ONG en el desarrollo
                   social. Como asociaciones nacionales, estos grupos pudieron llegar a un gran número de ONG.
                   ABONG representaba a más de 250 ONG y el Foro del Sector Social contaba con 189 miembros
                   afiliados al final del proyecto. Alianza ONG comenzó como una coalición mucho más pequeña
                   de 18 ONG. Para el final del financiamiento de la WKKF, ya había creado una comunidad de
                   casi 200 miembros, y sus programas de capacitación habían llegado a unas 1,500 organizaciones.
                   Dichos programas ayudaron a aumentar la visibilidad y credibilidad de las organizaciones
                   sin fines de lucro directamente a través de programas activos de publicación y campañas en
                   los medios de comunicación, e indirectamente, a través de la mejora del desempeño de las
                   organizaciones miembros. Las tres eran organizaciones relativamente nuevas, establecidas entre
                   1991 y 1996, y cada una de ellas se fortaleció mediante actividades de proyectos, el aumento
                   del número de miembros y mediante la aclaración y el fortalecimiento de sus funciones de
                   coordinación y facilitación en el plano nacional.
                        Las donaciones de este tipo ayudaron a fortalecer aspectos específicos de la administración
                   y las organizaciones sin fines de lucro. Con dos donaciones a la Fundación Acceso en Costa Rica,
                   la Fundación ayudó a poner en marcha un programa piloto y luego un programa de formación
                   para fortalecer el papel de los Consejos de Administración de las organizaciones sin fines de
                   lucro en seis países de América Central. Desarrollado en colaboración con el Centro Nacional
                   de Consejos sin fines de lucro de Estados Unidos (NCNB), el subsidio para el desarrollo de
                   programas fue diseñado con dos objetivos: abordar la ignorancia de muchas organizaciones sin
                   fines de lucro sobre el importante papel que los miembros comprometidos y activos del Consejo
                   de Administración deben desempeñar en el desarrollo de la estrategia de la organización, la
                   legitimidad pública y la sostenibilidad financiera, y el desarrollo de herramientas que ayuden
                   a que las organizaciones sin fines de lucro ofrezcan una educación continua a los miembros de
                   su Consejo. La segunda donación permitió a la Fundación Acceso adaptar sus enfoques y sus
                   materiales específicamente a las necesidades de los Consejos Directivos de las organizaciones
                   juveniles y de mujeres. En el transcurso de cuatro años, la Fundación impartió capacitación a
                   60 ONG y a tres redes en la región centroamericana.
                        Algunos proyectos se centraron específicamente en fortalecer la capacidad de las
                   organizaciones para utilizar los servicios de voluntarios. Con ello se pretendía mejorar
                   la capacidad organizativa para movilizar, formar, administrar, retener y remunerar a los
                   voluntarios, al mismo tiempo que se mejoraba la percepción pública sobre el papel que juegan el
                   tiempo y los conocimientos técnicos aportados por los voluntarios, y se reconocía públicamente
                   la importancia que tiene la participación de los ciudadanos para el bien público. Las oficinas de
                   la Fundación en América Latina recibieron las primeras solicitudes de apoyo para programas de
                   voluntariado a finales de 1996. En respuesta a la demanda, el consejo aprobó una asignación de
                   USD 2.9 millones en enero de 1997.
                        La WKKF financió varios proyectos en la década de 1990, demostrando así la gran
                   diversidad de organizaciones voluntarias que surgieron en la región. Algunos estaban
                   orientados a aumentar y organizar el voluntariado en todos los sectores de la sociedad, y
                   algunos en grupos de edad específicos. En la primera categoría, el Centro Mexicano para
                   la Filantropía (CEMEFI) y la Corporación para la Acción Voluntaria en Chile (CNAV)
                   demostraron el poder de las campañas en los medios masivos de comunicación para aumentar
                   el voluntariado en todos los grupos de edad y sectores sociales. La campaña Una hora por




                                                                                                   139
   140   141   142   143   144   145   146   147   148   149   150