Page 163 - Aprendizajes y Legados del Trabajo en el Campo
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La contribución de la Fundación al desarrollo del tercer sector no fue uniforme en toda la
                   región. El informe de evaluación del año 2000 indicaba «avances notables en muchos países",
                   especialmente en Argentina, Brasil, Colombia, Costa Rica y México. El importante papel que ha
                   tenido la WKKF en términos de liderazgo de opinión y concesión de donaciones estratégicas
                   y como modelo de inversión social para el cambio de sistemas, es reconocido por muchos
                   profesionales que se encuentran a la vanguardia del desarrollo del tercer sector en la región.
                   Oded Grajew, fundador de la Fundación ABRINQ y del Instituto Ethos en Brasil, declaró en
                   una entrevista para la evaluación que "el papel de la WKKF en la construcción de una cultura
                   de filantropía en Brasil fue enorme". En una entrevista realizada en 2014, comentó que su
                   trabajo continuo para promover los principios y la práctica de la RSE en Brasil, incluyendo el
                   establecimiento del Instituto Ethos, podría no haberse realizado sin su exposición a nuevas
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                   ideas durante el primer seminario de filantropía itinerante de la Fundación.  También en 2014,
                   el director ejecutivo del GIFE hasta 2013, Fernando Rossetti, observó que "la WKKF tuvo un
                   papel central en el desarrollo del campo de la filantropía en Brasil", en particular a través de su
                   reconocimiento de la importancia de construir organizaciones de infraestructura como GIFE y
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                   ABONG.
                        La incuestionable contribución de la Fundación al desarrollo del tercer sector en muchos
                   países se basó en la capacidad del personal para reconocer y aprovechar las fuerzas para el
                   cambio en su entorno. Entre la población de la región existía una tendencia profundamente
                   arraigada hacia un cambio político y cultural hacia prácticas más democráticas que podían
                   servir de base para iniciativas que contribuyeran a una mayor justicia social e igualdad. El
                   personal de la WKKF era consciente de la energía creada por este movimiento e invirtió recursos
                   para catalizar y apoyar el trabajo de los líderes e instituciones clave. En palabras de Marcos
                   Kisil, director regional de la Fundación en América Latina y el Caribe hasta 1999, la WKKF
                                                                                                  147
                   "canalizó la energía que existía" para crear un ecosistema para el desarrollo del tercer sector.
                   El personal utilizó su gran conocimiento del entorno para elaborar una serie de estrategias
                   exitosas. Se combinaron para crear un efecto de sinergia e impulso entre una serie de estrategias
                   complementarias: ayudar a crear instituciones sólidas y responsables, liderazgo y una masa
                   crítica de recursos humanos calificados; ejercer presión para que se introduzcan mejoras en
                   el marco jurídico a fin de apoyar y posibilitar la labor de las organizaciones del tercer sector;
                   generar conocimientos sobre el sector para apoyar la adopción de decisiones; y mejorar la
                   percepción de la actividad filantrópica y voluntaria. El personal también utilizó su propia
                   experiencia técnica y los conocimientos pertinentes de los Estados Unidos para enriquecer las
                   iniciativas que se llevan a cabo a su alrededor. Además, invirtieron mucho en estrategias de
                   apoyo, especialmente en oportunidades de creación de redes, para fomentar nuevas ideas y
                   cimentar la implementación de nuevas iniciativas.
                        La Fundación logró un menor impacto en países o regiones donde las condiciones
                   externas fueron menos favorables. En estas áreas, las instituciones existentes tendían a ser más
                   débiles o faltaba una masa crítica de líderes con una visión compartida, lo que hacía que el
                   impulso hacia el progreso fuera menor o menos unificado. El estudio de la evaluación indicaba
                   que se trataba en general de países asolados por crisis políticas, inestabilidad económica o
                   conflictos internos. También tendían a ser regiones de escasos recursos en las que era más
                   difícil identificar y movilizar los recursos financieros, humanos y tecnológicos necesarios para
                   permitir el crecimiento del tercer sector. El programa de CyRS en las tres AGP es reconocido
                   por el personal anterior como menos exitoso que el trabajo en otras regiones del continente por
                   esta razón. Muchas de las iniciativas de la AGP descritas anteriormente en este capítulo, al no
                   contar con financiamiento de la WKKF, no se han podido sostener a sí mismas al utilizar los
                   recursos locales de la misma manera que lo han hecho los esfuerzos en otras áreas. Esto no es
                   sorprendente, ya que las AGP fueron seleccionadas en 2000 precisamente por sus altos niveles
                   de pobreza. El contraste es quizás más marcado entre el noreste y el sureste de Brasil. La menor

                   145   Entrevista con Oded Grajew, 2 de diciembre, 2014.
                   146   Entrevista con Fernando Rossetti, 28 de octubre, 2014.
                   147   Entrevista con Marcos Kisil, 25 de septiembre, 2014.


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