Page 170 - Aprendizajes y Legados del Trabajo en el Campo
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los países con mayor pobreza del África subsahariana que a los de América Latina y el Caribe. En
1994, Haití ocupaba el puesto 137 de 173 países en el Índice de Desarrollo Humano de la ONU,
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la esperanza de vida era de solo 56 años, y el 55% de la población era analfabeta. El desempleo se
situó cerca del 80%. Detrás de esa pobreza se encontraba una inestabilidad política crónica, una
ausencia casi total de instituciones operativas, un grave agotamiento de los recursos naturales y
un sector agrícola casi inexistente. Esos problemas habían infundido un profundo sentimiento de
desesperanza en el país, en particular entre los jóvenes, al tiempo que aumentaban la violencia y la
delincuencia.
El segundo factor era la oportunidad: una sensación de que aparecían signos de esperanza,
incluso en medio de tanta desesperación. Muchos creían que Haití tenía una oportunidad real de
establecer una democracia funcional, y la comunidad internacional estaba canalizando recursos
muy necesarios hacia el restablecimiento de los servicios básicos y la infraestructura. Se esperaba
que este nuevo entorno atrajera a inversores y turistas, dando un impulso tan necesario a la
economía.
En 1990, el Consejo de Fideicomisarios acordó que Haití debía
Muchos creían que Haití ser un área de alta prioridad para la Fundación y la búsqueda de
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tenía una oportunidad personal comenzó poco después. Entre 1993 y 1994, se financiaron seis
real de establecer proyectos. Dos de ellos tenían por objeto establecer programas modelo
de atención médica primaria; dos pretendían aumentar la productividad
una democracia agrícola y los ingresos rurales, así como mejorar la nutrición; y uno
funcional... la comunidad tenía la finalidad de fortalecer las organizaciones comunitarias rurales
internacional canalizó y aumentar los ingresos mediante la incubación de microempresas. El
sexto proyecto consistía en establecer una escuela agrícola que ofreciera
recursos muy necesarios formación vocacional a estudiantes de bajos recursos.
Algunos de estos proyectos demostraron resultados positivos
hacia el restablecimiento en las comunidades en las que operaban. El acceso a los servicios
de los servicios básicos e de salud preventivos y curativos mejoró drásticamente en nueve
infraestructura. comunidades rurales del centro-norte de Haití, gracias a un proyecto
dirigido por International Child Care (ICC por sus siglas en inglés) para
establecer servicios de salud comunitarios administrados por comités
de salud comunitarios elegidos de manera democrática. Los índices de vacunación infantil, la
distribución de vitamina A para prevenir la ceguera y la vigilancia del crecimiento y la atención
prenatal y postnatal, mejoraron a medida que las clínicas móviles ampliaron la atención a zonas
más remotas. La formación, el acceso a insumos y equipos, y un programa de microcréditos
organizado por los Servicios Vecinales Haitianos ayudaron a los pequeños agricultores de la
región de Saint Marc a aumentar la producción agrícola y los ingresos, así como a reducir la
malnutrición; algunos de ellos lograron mejorar sus viviendas y un mayor número de niños y
niñas permanecieron en la escuela. Estos resultados fueron aún más notables si se toman en el
contexto de una agitación política y económica aún mayor. En 1991, un golpe de estado del ejército
envió a Aristide al exilio y fue restituido al poder en 1994, solo tras una nueva intervención
militar y la imposición de estrictas sanciones económicas por parte de los Estados Unidos.
Varias organizaciones apoyadas por la Fundación Kellogg se vieron obligadas a suspender sus
actividades, debido a la inestabilidad política y a los continuos disturbios.
Estos proyectos permitieron que el personal de la Fundación comenzara el proceso de
construir relaciones y entender el contexto y les infundió la confianza para seguir adelante con
un esfuerzo de programación más amplio y sistemático. En julio de 1995, el Consejo aprobó una
asignación de USD 6.4 millones para una iniciativa haitiana destinada a “mejorar las condiciones
de vida del pueblo haitiano a través de una estrategia articulada para el desarrollo de programas
156 El Índice combina varios indicadores de estándares de vida, tales como ingresos, expectativa de vida, mortalidad
infantil, educación y acceso a servicios (http://hdr.undp.org/en/statistics/hdi).
157 Haciendo Avances en Haití. Octubre 1994.
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