Page 171 - Aprendizajes y Legados del Trabajo en el Campo
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comunitarios”. La iniciativa buscaba atender algunas de las necesidades más básicas del pueblo
haitiano: malas condiciones sanitarias, falta de agua potable, propagación de enfermedades
infecciosas, altos niveles de desnutrición, carencia de educación básica y de oportunidades de
formación, a la vez que se fortalecían las organizaciones y los líderes comunitarios. Al reconocer el
escaso volumen de recursos disponibles en relación con los grandes desafíos a los que se enfrentan
los haitianos, la Fundación esperaba hacer una contribución “pequeña pero muy estratégica” a un
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“proceso nacional de desarrollo”. Sus proyectos demostrarían enfoques que podrían fortalecer
a la ciudadanía haitiana, y ayudar a las organizaciones basadas en la comunidad a reconstruir la
fibra social que se había visto perturbada por años de represión y disturbios.
Proyectos y Actividades de la Iniciativa de Haití
La iniciativa respaldó ocho proyectos en tres categorías: desarrollo comunitario social y
económico; formación vocacional para jóvenes; y desarrollo del liderazgo. Los proyectos de la
primera categoría fueron diseñados para ayudar a las comunidades a “mejorar sus estrategias de
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supervivencia"”, el eje principal de la iniciativa. Se financiaron seis proyectos en esta categoría,
que beneficiaron a más de 100 comunidades rurales y superaron el objetivo original de 75. En cada
proyecto, se identificaron organizaciones intermedias para facilitar y fortalecer el trabajo de las
organizaciones comunitarias de base popular.
Varios proyectos tenían como objetivo principal mejorar la capacidad de generación de
ingresos en comunidades rurales vulnerables. Un esfuerzo gestionado por la oficina haitiana del
Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), buscó lograrlo a través de la
formación, la cría de animales y la capitalización mediante un programa de préstamos. A través
de un programa de préstamos rotatorios en especie, se introdujeron razas mejoradas de asnos,
cabras y pollos de República Dominicana. Los nuevos animales, obtenidos mediante cruzas bien
gestionadas, se distribuyeron y luego se pagaron con la venta de sus crías. La asistencia técnica
estuvo a cargo de “veterinarios descalzos”, principalmente jóvenes capacitados por el IICA,
quienes trabajaron por un costo mínimo para asegurar que el servicio fuera autosuficiente. Las
razas mejoradas produjeron mayores rendimientos (al ayudar a mejorar la nutrición familiar) y
obtuvieron mejores precios en el mercado (al contribuir al aumento de los ingresos familiares).
El llamado esquema de microcrédito “Kredi-Famn” para mujeres rurales, benefició a más de
1,600 mujeres en 28 grupos en los nueve departamentos de Haití (un décimo departamento fue
creado más tarde, en 2003). Los préstamos se utilizaron para poner en marcha nuevas actividades
productivas, apoyar la cría de animales y dedicarse al “comercio a pequeña escala”. Con los
ahorros y la reinversión de los intereses obtenidos de los préstamos, muchos grupos duplicaron
o triplicaron el valor de su capital original. Las mujeres manifestaron una mayor independencia
económica y el uso de los ingresos obtenidos para mejorar el bienestar del hogar. El programa
fue ampliamente reconocido como exitoso y fue replicado por varias organizaciones nacionales e
internacionales, como World Vision, CARE y FAO. En 2003 se otorgó una segunda donación para
consolidar, sistematizar y difundir los logros de Kredi-Famn y reproducir los elementos exitosos
en un clúster integral en cada una de las dos microrregiones de Haití.
Se llevaron a cabo proyectos similares para aumentar la capacidad de generación de
ingresos por parte del Centro de Investigación y Formación Económica y Social para el Desarrollo
(CRESFED) y la Organización para el Desarrollo Participativo (ODEPA). Al final de su tercer
año, el primero había otorgado préstamos a 26 grupos comunitarios, incluidos 12 grupos de
mujeres. También impartió formación para ayudar a fortalecer la planificación y la administración
organizativa entre los grupos beneficiarios y para ofrecer programas de alfabetización a los
158 Asignación de fondos en Haití. 20 de julio de 1995.
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