Page 188 - Aprendizajes y Legados del Trabajo en el Campo
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regionales, el equipo acordó que la reducción de la pobreza debería ser la pauta con respecto a la
cual se reconsiderarían las orientaciones de la programación, a fin de sentar las bases estratégicas
para sus operaciones en América Latina y el Caribe en los años por venir. La decisión se basó en
los cambios contemporáneos que se produjeron dentro de la organización y en la región.
El Informe de 1994 al Consejo sobre el Programa de América Latina y el Caribe, había
llamado la atención sobre los profundos cambios que comenzaron a afectar a las sociedades
de América Latina y el Caribe a mediados de la década de 1980, y que habían afectado
significativamente la forma en que los programas de la WKKF llevaban a cabo sus objetivos en
la región. A su vez, la creciente evolución política y tecnológica había estimulado los cambios
sociales y económicos, en particular, el aumento del desarrollo regional general y la pobreza.
Varios factores contribuyeron a esta condición.
Durante muchos años, uno de los problemas económicos más apremiantes de la región había
sido la astronómica deuda externa acumulada por los países de América Latina, que contribuía
a la persistencia de las altas tasas de inflación. En respuesta, los gobiernos adoptaron planes de
ajuste económico drásticos, que implicaban una menor intervención gubernamental y menos
subsidios como puntos clave de sus políticas. En la práctica, esto se reflejó en cuatro medidas
clave que emplearon los gobiernos de la región: la reducción del gasto en programas sociales; la
privatización de las empresas estatales; la eliminación de los subsidios gubernamentales para
áreas específicas de la economía, lo que provocó un aumento en el precio de los alimentos, y
la introducción de reformas legales que garanticen una economía más orientada al mercado.
Como resultado, la hiperinflación se mantuvo bajo control en toda la región, lo cual generó las
condiciones básicas para un crecimiento económico sostenible. Pero el proceso agravó la pobreza
extrema, como resultado de la drástica reducción de los servicios y subsidios gubernamentales y
del aumento del desempleo. El número de personas que viven por debajo del nivel de pobreza
aumentó de 112 millones en 1970, a 130 millones en 1980 y a una cifra prevista de 170 millones
para el año 2000. La pobreza también afectó cada vez más a los jóvenes, que fueron los primeros
en ser excluidos del mercado laboral, y cuyas familias fueron empujadas a la exclusión social a
causa de ello. 196
196 Memorándum interno: “Instrucciones sobre el Programa para América Latina y el Caribe, Notas sobre el Retroceso en
Miami”, 5 de agosto de 1998.
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