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Ante esta realidad, en septiembre de 1999, el equipo de América Latina y el Caribe sometió a
la aprobación de los fideicomisarios un nuevo enfoque de programación basado en la convicción
de que los programas regionales de la Fundación deberían tratar de mitigar la pobreza y luchar
contra la exclusión social. El nuevo enfoque requería una forma más integrada de diseño de
estrategias de programas, y se ajustaba a los principios expuestos en el primer párrafo anterior.
El nuevo plan se dividió en dos grandes ejes. Uno de ellos fue el desarrollo de clústeres integrales
de proyectos en microrregiones seleccionadas de la región, diseñados para demostrar formas
de romper el ciclo de pobreza con la participación de los jóvenes. El segundo eje consistió en
desarrollar cuatro áreas temáticas que pudieran fortalecer e informar a los clústeres integrales y,
al mismo tiempo, ayudar a promover un entorno propicio para el desarrollo saludable de
los jóvenes en la región. Los cuatro temas fueron el desarrollo del liderazgo, la creación de
instituciones y alianzas, la ciudadanía y la responsabilidad social, y el acceso a la tecnología de la
información. En la siguiente sección, examinaremos la implementación de los clústeres integrales
de proyectos. En la tercera sección, discutiremos la estrategia de desarrollo del área temática.
Enfoque Basado en Lugares: Procesos de Desarrollo Local que Involucran a la Juventud
El nuevo plan para América Latina y el Caribe se basaba en dos supuestos importantes.
La primera, era que la pobreza es la preocupación más importante de la región y se manifiesta
en múltiples aspectos. La pobreza es material y económica: la falta de recursos para satisfacer
las necesidades básicas y la falta de acceso a servicios adecuados y a capital físico y financiero.
Pero también es social y cultural: una educación y formación de mala calidad, la falta de una
organización social fuerte y la cultura de la pobreza que se perpetúa a sí misma. Y también es
política: la negación del derecho a participar de manera inclusiva. Estos elementos se refuerzan
por sí mismos, ya que existen en una relación dinámica de causa y efecto. El potencial del
ciclo vicioso de pobreza para socavar todos los esfuerzos por promover el desarrollo social y
económico, llevó a la Fundación a concentrarse en tratar de construir un camino hacia el desarrollo
regional sostenible, al romper este ciclo.
El segundo supuesto era que el enfoque más estratégico y sostenible para romper el ciclo de
pobreza era trabajar con los jóvenes para aumentar su participación y liderazgo. Este supuesto
se basaba en dos elementos: que la pobreza es un problema intergeneracional en el que los niños
criados en familias vulnerables tienen más probabilidades de replicar las mismas condiciones para
sus propios hijos; y que los jóvenes tienen más probabilidades que los adultos de aportar energía,
compromiso y esperanza para el cambio social.
Basándose en esos supuestos, el objetivo general del nuevo programa era demostrar y
difundir estrategias para romper el ciclo de pobreza, mediante la promoción del desarrollo
saludable de la juventud, así como su participación en comunidades social y económicamente
dinámicas. Como se señala en un documento interno de la Fundación en 1999: “La posición de los
jóvenes en el centro del marco, refleja nuestra suposición de que una manera eficaz y sostenible
de reducir la tasa de pobreza es romper el ciclo vicioso intergeneracional que aferra a los pobres,
mediante el trabajo con los jóvenes. Los jóvenes son los adultos, los padres y los líderes del
mañana, y determinarán las condiciones bajo las cuales los niños del mañana serán criados. Vemos
a los jóvenes como un punto estratégico de influencia, uno que puede crear el mayor impacto
en todo el sistema. Los jóvenes representan un punto de partida para el diseño de programas,
políticas e intervenciones desde los cuales los efectos positivos pueden extenderse a sus familias,
sus comunidades y la sociedad en general, así como a las generaciones futuras”. 197
197 Fundación W.K. Kellogg (documento interno) “Actualización de la programación y plan para 2000-2005”, septiembre
de 1999.
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