Page 193 - Aprendizajes y Legados del Trabajo en el Campo
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El fomento al apoyo de instituciones externas se consideró otra contribución importante al
éxito de una estrategia de desarrollo sostenible, que podría complementar los propios esfuerzos de
una comunidad al proporcionar acceso a recursos económicos y de servicios. Las organizaciones
sin fines de lucro fueron consideradas posibles aliadas para la implementación y coordinación de
proyectos, así como para apoyar la asistencia.
En toda América Latina y el Caribe, las familias y comunidades en pobreza extrema habían
presenciado durante décadas cómo jóvenes motivados se marchaban en busca de un futuro
mejor a otros lugares, mediante la educación o el trabajo. La estrategia de la Fundación fue
decididamente diferente. Proporcionó a jóvenes motivados la opción de lograr una vida mejor en
el contexto de su familia y su comunidad, la cual se organizaría para nutrir un sistema de apoyo
en torno a sus jóvenes.
Un pilar importante del nuevo enfoque era que los proyectos debían tener como objetivo
trabajar con los jóvenes, en lugar de limitarse a trabajar para ellos. La participación de los jóvenes
se había puesto a prueba en innumerables proyectos en toda la región de América Latina y el
Caribe. Pero en la gran mayoría de los casos, esta participación era marginal. Los jóvenes eran
actores que apoyaban pasivamente y participaban en programas diseñados enteramente por
adultos bien intencionados. El enfoque, un tanto revolucionario, de los CC buscaba una verdadera
participación de los jóvenes en la toma de decisiones, la implementación y la evaluación. Se
esperaba que ellos se convirtieran en protagonistas de los procesos locales. Evidentemente, la idea
no era dejar a los jóvenes la responsabilidad exclusiva de su propio desarrollo. Por el contrario, el
nuevo enfoque pretendía despertar su motivación y entusiasmo, y movilizar, tanto a ellos como a
toda la comunidad, en torno a una visión común de progreso.
A medida que el programa se desarrollaba y los beneficiarios comenzaban a implementar
proyectos, gradualmente se hizo evidente que las alianzas interinstitucionales locales eran un
elemento clave en la integración de los actores locales y regionales para construir un ambiente
propicio para la participación y el desarrollo de los jóvenes. En la misma medida que la
participación juvenil, la promoción de la colaboración intersectorial e interinstitucional dentro
de los CC también representaba una estrategia ambiciosa. Por lo general, el gobierno local, las
organizaciones de la sociedad civil y el sector empresarial apenas han colaborado; incluso ha
habido cierta desconfianza entre ellos. Sin embargo, los cambios recientes en el entorno político
de América Latina y el Caribe habían alentado a los tres sectores a pasar de la confrontación a la
colaboración, lo que hizo del trabajo colaborativo y de las alianzas una característica primordial
en los CC. En última instancia, se hizo evidente que el cumplimiento de las metas de los CC
requeriría un cambio sistémico. Con la evolución de la fase de ejecución, las conexiones entre
los distintos elementos del marco conceptual de los CC fueron adquiriendo mayor claridad.
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