Page 195 - Aprendizajes y Legados del Trabajo en el Campo
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Por medio de esas alianzas, y de la participación activa de los jóvenes como beneficiarios
de los programas y colaboradores en el diseño de su futuro, las comunidades podrían construir
una visión común sobre cómo mejorar su bienestar. Cada comunidad crearía su propia visión,
adaptando las lecciones aprendidas por otras comunidades, de ser necesario, pero respetando
su propio territorio, identidad, patrimonio y tradiciones. A su vez, esa visión abarcaría tres
componentes principales para el desarrollo local. Éstas se convertirían en el eje principal de
la Fase 2:
• Desarrollar el capital humano aumentando las oportunidades de educación formal y
no formal. Los CC involucrarían a los sectores público y privado, estudiantes, maestros,
familias y comunidades para mejorar el acceso y la calidad de los sistemas educativos y los
programas educativos alternativos. Englobarían ámbitos como el liderazgo, las aptitudes
laborales, el acceso a la información, la participación cívica, el emprendimiento y el diálogo
intergeneracional, todo ello para preparar mejor a los jóvenes para la vida.
• Fortalecer el capital social fomentando el desarrollo de líderes receptivos a las
necesidades de los jóvenes, que comprendan su potencial y puedan promover alianzas
institucionales. Al ayudar a construir instituciones más fuertes (escuelas y centros de
salud más eficaces, y organizaciones juveniles más organizadas e informadas), los líderes
estarían mejor equipados para cumplir con la misión y el mandato de su organización.
Asimismo, el fortalecimiento de la identidad cultural de las comunidades mediante la
capitalización de sus valores y el respeto de sus tradiciones, prepararía a los líderes para
el futuro. Además, el fomento de alianzas en que las organizaciones y los líderes locales
aprendieran a trabajar juntos reforzaría su confianza mutua, y aumentaría la probabilidad
de alcanzar una visión común para el futuro de la comunidad.
• Aumentar el capital productivo mediante el estímulo de oportunidades para la
generación de ingresos impulsados por la comunidad y el aumento de la capacidad
general de emprendimiento. Esto aumentaría las oportunidades para que las familias y los
jóvenes desarrollen formas diversificadas de generación de ingresos que podrían satisfacer,
al menos en parte, las necesidades de servicios y bienes de la comunidad y, en el mejor de
los casos, generar excedentes exportables para las comunidades vecinas.
El diagrama muestra un proceso por fases para los CC, aunque la realidad indica que los
procesos de cambio evolucionaron de forma lógica y continua, no lineal. Los objetivos de la
Fase 1 consistían en involucrar a los jóvenes, establecer alianzas y crear una visión común del
futuro. En la Fase 2, los clústeres integrales enfatizarían este desarrollo de capital. Al aumentar y
mejorar las oportunidades de educación, fomentar el emprendimiento y estimular las iniciativas
de generación de ingresos entre los jóvenes y sus familias, los proyectos contribuirán a mejorar el
entorno de la comunidad. Más aún, los proyectos trabajarían con las familias y las comunidades
para acoger y aplicar los sueños y la energía de los jóvenes en la creación de un entorno que
apoyara la confianza, la colaboración y el diálogo intergeneracional. La teoría asumía que el
fortalecimiento del capital humano, social y productivo promovería un proceso autónomo y
sostenible de desarrollo local, lo que conduciría a un cambio de sistemas en la comunidad.
La Fundación no esperaba que el capital humano, social y productivo aumentara al mismo
ritmo. De hecho, están representados como círculos superpuestos, porque en el mundo real es
difícil separar una forma de capital de otra. Por su sinergia, es probable que el fortalecimiento de
una forma de capital fortalezca a las demás.
Como se describe en un informe de programas de la WKKF de 2004: “La participación
temprana de los gobiernos locales y los líderes comunitarios en los clústeres integrales, fue una
estrategia para asegurar que las innovaciones implementadas por cada alianza se incorporaran
de manera gradual y sin problemas en las prácticas y políticas de las organizaciones comunitarias
y el gobierno local. Las mejoras en el sistema escolar (infraestructura y programa de estudio), el
aumento de los ingresos familiares y un entorno social seguro, justo e inclusivo generarían las
condiciones para un proceso sostenible de desarrollo local y allanarían el camino para cambios
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