Page 207 - Aprendizajes y Legados del Trabajo en el Campo
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de fertilizantes y hortalizas orgánicas llamó la atención de los administradores públicos y del sector
empresarial. En general, el proyecto promovió la movilización de los jóvenes y aumentó su liderazgo.
Sin embargo, cuando llegó el momento de negociar una nueva donación que impulsara el desarrollo
del CC y consolidara su progreso, la Fundación decidió suspender su apoyo a la iniciativa. Esto dejó
al CC Valle Santa Catalina en una situación difícil, ya que había movilizado a los actores locales y
mostró vías prometedoras para el progreso. A fin de garantizar una retirada gradual de calidad en la
microrregión, la WKKF aprobó una donación sombrilla de dos años (2007 a 2009) que se basaba en los
avances más significativos, pero con objetivos menos ambiciosos. El objetivo principal era fortalecer la
participación de los jóvenes, así como crear y ampliar sus oportunidades de generación de ingresos y
educación. Para lograrlo, el CC consolidó las redes de producción y turismo, implementó actividades
culturales y artísticas e impulsó las capacidades de base popular y gubernamentales, así como los
sistemas de comunicación locales.
Una evaluación local realizada en mayo de 2008 indicó que, a pesar de su relativamente corta vida
de seis años, el CC del Valle Santa Catalina dejó un legado importante en la microrregión. El capital
institucional había aumentado, y el diálogo facilitado por las OSC y los gobiernos locales había brindado
a las comunidades la oportunidad de ayudar a crear planes de desarrollo local. Las organizaciones
juveniles habían desarrollado su liderazgo y aprovechado la energía de sus miembros para promover
iniciativas sociales, culturales y generadoras de ingresos.
Aunque el municipio de Moche suspendió su participación, los tres municipios restantes trabajaron
en armonía para crear planes de desarrollo integrados y articulados. De hecho, estaban listos para
implementar una mancomunidad, (un consorcio administrativo formal) que podría beneficiar
enormemente el desarrollo de planes integrales a nivel microrregional. Los grupos de jóvenes vincularon
su trabajo para aumentar el liderazgo y su potencial para emprender proyectos participativos impulsados
por la comunidad. Desde el punto de vista económico, la creación de 10 grupos de jóvenes productores
de hortalizas orgánicas y animales pequeños (PROHAM), con un total de 180 miembros, fue un fuerte
estímulo para la juventud. Les permitía participar en el trabajo cooperativo y en actividades económicas
que diferían en gran medida de las prácticas tradicionales de la agricultura familiar. Se mejoraron
las cadenas de producción de hortalizas frescas, leche y mangos. También se produjeron mejoras en
las aptitudes de los maestros y en el contenido de los planes de estudio, lo que dio lugar a un mayor
compromiso con la educación por parte de los estudiantes y sus padres. Los tres municipios restantes
establecieron comités educativos locales, que sirvieron de modelo y que luego se repitieron en Trujillo. La
reciente creación de una orquesta local y de una emisora de radio juveniles brindó otras oportunidades
educativas extraescolares. Como resultado de su trabajo y de la ampliación de su educación, los jóvenes
en general mostraron una mayor capacidad para comunicarse, resolver problemas y participar.
Entre 2008 y 2011, el CC Valle Santa Catalina recibió de DESCO 18 mini donaciones de USD 5,000
cada uno para promover iniciativas juveniles innovadoras, más USD 30,000 para iniciar un fondo de
microcrédito administrado por jóvenes, USD 160,000 para consolidar la mancomunidad y USD 130,000
para un fondo de becas.
Incluso después de que la ayuda de la Fundación terminó, el trabajo del CC continuó, en parte, con
el apoyo de programas de RSE, una tendencia actual entre las empresas peruanas. Los PROHAM se
fortalecieron y eventualmente formaron una cooperativa que opera en una variedad de áreas agrícolas:
producción de maracuyá y verduras frescas para los mercados locales, y aguacates para el mercado
nacional y para la exportación. Andrés, uno de los dirigentes destacados de PROHAM, se convirtió en
un exitoso empresario y líder en la modernización de la producción de aguacate en la región. En 2015,
la cooperativa administraba, entre otras áreas de trabajo, 180 hectáreas de sembradíos de aguacate para
exportación. La cooperativa ya es una iniciativa madura y cuenta con 250 afiliados; su presidenta,
Olga, también se formó en los PROHAM. Los intentos de organizar cadenas de producción de piña,
mango y leche no progresaron como se esperaba y se interrumpió esa actividad. El fondo de microcrédito
tiene una cartera con docenas de pequeños préstamos, y su capital ha aumentado de USD 30,000 a
aproximadamente USD 100,000; constituye un instrumento de inversión crucial para los jóvenes
empresarios. Los préstamos educativos concedidos a través del fondo de becas fueron pagados en su
totalidad, y el fondo sigue operando y apoyando a los jóvenes que desean ingresar a la universidad.
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