Page 113 - Aprendizajes y Legados del Trabajo en el Campo
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En mayo de 1986, al reconocer que los bajos niveles de educación formal representaban un
impedimento para los demás esfuerzos de la WKKF, el Comité Asesor Especial para América
Latina de la Fundación recomendó que la educación primaria fuera un componente importante
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de los programas futuros. Existía una clara necesidad de enfoques creativos que llevaran a los
grupos desatendidos a las escuelas y mejoraran la calidad de la educación y los resultados del
aprendizaje en las mismas.
Mayor Acceso a la Educación Primaria entre los Grupos Desprotegidos
La Fundación Kellogg ayudó a poner a prueba o institucionalizar una serie de enfoques
de gran creatividad para aumentar el acceso a la educación primaria entre los niños de las
comunidades desfavorecidas. Uno de estos programas fue establecido por la Asociación Salesiana
de Don Bosco en el departamento de Alta Verapaz, en el centro norte de Guatemala. Más del 90%
de la población de Alta Verapaz es de ascendencia maya. En la década
de 1980, solo alrededor del 50% de los niños de las zonas rurales del
departamento asistían a la escuela primaria, y muchos menos lograban El número de niñas
cursar todos los grados. Los obstáculos consistían en el idioma, la inscritas en la escuela
distancia y la falta de carreteras entre las aldeas remotas y los centros
de enseñanza. La mayoría de los niños solo hablaban k'ekchi', su lengua primaria era mucho
materna. Pero las clases se impartían en español por profesores no menor que el de niños.
indígenas que no entendían mucho de la cultura local. La proporción Se esperaba que las niñas
de niñas escolarizadas en la escuela primaria era mucho menor que la
de niños. Las niñas debían quedarse en casa, cocinar, limpiar y cuidar a se quedaran en casa,
los niños y, por lo tanto, no necesitaban una educación formal. Gracias cocinaran, limpiaran y
a una donación de la Fundación, en 1990 la Asociación Salesiana y una cuidaran a los niños y, por
red de 80 centros comunitarios de aprendizaje en las comunidades
rurales establecieron dos centros educativos para niños indígenas, uno lo tanto, no necesitaban
para niñas y otro una educación formal.
para niños.
Ambos centros educativos se mantuvieron y crecieron en los años
siguientes (ver Cuadro 1 para más detalles). Cada uno ofrece clases bilingües (K'ekchi' y español)
de primaria y secundaria y formación profesional. Los estudiantes se alojan durante tres semanas
al mes y regresan a sus comunidades en la cuarta semana. Los alumnos mayores de los centros
educativos dan clases básicas en los centros comunitarios durante la cuarta semana, extendiendo
así el alcance de las escuelas primarias a las aldeas rurales remotas. Una opción de formación
profesional ofrece un diploma de tres años para profesores bilingües. En muchas comunidades
rurales se han creado escuelas primarias bilingües a partir de la donación a los Salesianos, y el
gobierno emplea a muchos graduados para que trabajen como profesores en estas escuelas, o en
(o cerca de) sus comunidades de origen.
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El sistema es una adaptación del modelo de Escuelas Familiares Agrarias (EFA ) descrito
en el Capítulo 3, lo cual constituye otra solución eficaz al problema del acceso en las zonas rurales.
Los estudiantes de las comunidades rurales pasan un mes estudiando en un internado, seguido de
un mes aplicando su aprendizaje en sus comunidades de origen y en sus fincas familiares. En la
década de 1990, la Fundación Kellogg otorgó becas a dos asociaciones regionales (el Movimiento
de Educación Promocional de Espírito Santo (MEPES) en Brasil y la Asociación para la Promoción
de Escuelas Familiares Agrarias (APEFA) en Argentina) que ayudaron a ampliar el modelo,
mejorar la calidad de la enseñanza y fortalecer la integración de las escuelas en las comunidades
aledañas.
105 Kisil, Marcos, 1986. La educación primaria en América Latina. 30 de junio de 1986.
106 El acrónimo de su nombre en español – Escuela Familia Agrícola.
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