Page 118 - Aprendizajes y Legados del Trabajo en el Campo
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unieron en torno al enfoque "constructivista" de la alfabetización, que situaba al niño en el centro
                       del proceso de aprendizaje como participante activo y no como receptor pasivo, y que reconocía
                       que los niños aprenden de diferentes maneras y a diferentes velocidades. Un resultado importante
                       del trabajo fue la legislación en varios países de América Latina y el Caribe para garantizar que no
                       se pudiera reprobar a los niños durante los primeros dos o tres años de escolaridad, ya que cada
                       niño aprende a leer y escribir a su propio ritmo.
                       Programas Educativos Extracurriculares para Niños y Jóvenes

                           A lo largo de la década de 1990 y 2000, la Fundación apoyó la experimentación con varios
                       modelos de actividades educativas extracurriculares no formales diseñadas para ampliar y
                       enriquecer el aprendizaje en el aula para niños y jóvenes desfavorecidos. Los programas utilizaron
                       una mezcla de deportes, artes escénicas y creativas, juegos, estudios académicos, excursiones
                       y educación al aire libre para fomentar el desarrollo de cualidades como la curiosidad, la
                       creatividad, el pensamiento crítico y la independencia que el estudio académico por sí solo
                       probablemente no generaría.
                           Uno de los programas más destacados fue el Lugar de Encuentro en Betim, un barrio con un
                       gran número de migrantes rurales y una alta concentración de pobreza, ubicado en las afueras de
                       Belo Horizonte, capital del estado de Minas Gerais, en el sureste de Brasil. El Lugar de Encuentro,
                       dirigido por un equipo de educadores y por un visionario profesor jubilado, comenzó en 1970
                       como un taller de muebles y artesanías que ofrecía empleo a jóvenes y adultos en situación de
                       riesgo y discapacitados. A lo largo de los años, con la ayuda de la WKKF y otros patrocinadores,
                       el Lugar de Encuentro añadió una escuela agrícola para capacitar a los jóvenes en vocaciones
                       rurales, una guardería para los hijos de los empleados de hasta tres años de edad, un programa
                       complementario de educación para los niños en edad de asistir a la escuela primaria, así como
                       programas vocacionales y extracurriculares para la juventud en situación de riesgo, incluyendo
                       la capacitación de jóvenes artesanos en los talleres de producción. Los programas para jóvenes
                       en riesgo se desarrollaron en asociación con, y con financiamiento del gobierno municipal de
                       Betim. Las actividades se centraron en un modelo educativo que enfatizaba la creatividad, el arte
                       y la cultura, los deportes y el juego, además de estudios adicionales académicos en matemáticas
                       básicas y alfabetización para quien lo necesitara. La WKKKF hizo su última donación al Lugar de
                       Encuentro en 1997. Desde entonces, la organización ha continuado apoyando a otras pequeñas
                       empresas dirigidas por jóvenes y generadoras de ingresos (entre ellas, un restaurante, un snack-
                       bar y un estacionamiento con un lavado de autos) y un proyecto de viviendas para artesanos de
                       bajos ingresos. En 2002, el gobierno municipal de Betim reconoció el Lugar de Encuentro como
                       un complejo turístico que mostraba las tradiciones artesanales y culturales de Minas Gerais.
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                       La altísima calidad de los productos elaborados en sus talleres y los enfoques innovadores
                       utilizados en sus programas educativos fueron claves para el éxito de la organización.
                           Caritas, una agencia católica de desarrollo en la ciudad argentina de Quilmes, desarrolló
                       un modelo similar en la década de 1990. Quilmes albergaba a una gran población de migrantes
                       rurales que vivían en barrios marginales sobrepoblados, caracterizados por un alto nivel de
                       desempleo, bajos ingresos y falta de los servicios más básicos. Muchos niños que crecieron en
                       los vecindarios de Quilmes no recibieron suficientes estímulos para su desarrollo natural, ya
                       sea en sus ambientes domésticos o en las guarderías comunitarias administradas en gran parte
                       por voluntarios locales. Con una donación de la WKKF en 1994, Caritas se propuso mejorar
                       las actividades educativas y de desarrollo que las guarderías proporcionaban a los niños de 0
                       a 9 años de edad. La estrategia de tres ejes de Caritas consistió en la capacitación del personal
                       en la planificación y coordinación de actividades educativas y supervisión de voluntarios, la
                       capacitación en prácticas educativas básicas para los voluntarios, y jornadas recreativas para que
                       los padres aprendieran más sobre el desarrollo de los niños en los centros. Una segunda donación

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