Page 119 - Aprendizajes y Legados del Trabajo en el Campo
P. 119

concedida a Caritas en 1998 amplió el modelo a los jóvenes en situación de riesgo de
                   9 a 18 años de edad, mediante la formación de trabajadores juveniles y el desarrollo de proyectos
                   comunitarios. La información sobre ambas iniciativas se difundió ampliamente y ambas recibieron
                   visitas de ONG locales y nacionales, algunas de las cuales reprodujeron elementos del modelo en
                   sus propios ámbitos de actuación.
                       La Casa de la Ciencia, en el estado mexicano de Chiapas, desarrolló un modelo muy
                   diferente. Chiapas es uno de los estados más vulnerables y de menor desarrollo de México, con
                   una gran población indígena que habla uno de los tres idiomas, tzotzil, tzeltal o chol. La Casa
                   de la Ciencia se estableció en 1994 por una coalición multiinstitucional integrada por el Consejo
                   Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT), El el Colegio de la Frontera Sur (ECOSUR) y el
                   gobierno de Chiapas. A través de la enseñanza extracurricular y actividades de la vida real, logró
                   dar vida a las ciencias físicas para los niños de escuela primaria en formas que el currículo escolar
                   tradicional no había alcanzado. Inicialmente, el centro se puso a disposición de los niños de la
                   ciudad de San Cristóbal de las Casas. Sin embargo, miles de niños de las zonas rurales del estado,
                   la mayoría de ellos indígenas, quedaron excluidos debido a la falta de medios para desplazarse
                   hasta el centro. Una donación de la Fundación en 1998 financió la compra de una unidad móvil
                   que permitió a la Casa de la Ciencia visitar a los niños de las zonas rurales. La donación también
                   cubrió la contratación de dos maestros bilingües y el desarrollo de contenidos relevantes para el
                   área rural y las culturas indígenas.
                       Las Ferias de Ciencias Rodantes, como se conoció a las visitas, tuvieron una gran
                   popularidad entre los niños y sus maestros. Con fondos de otras fuentes, incluyendo el gobierno
                   estatal, la Casa de la Ciencia estableció tres unidades móviles, con un planetario, una biblioteca
                   móvil y un vehículo para viajes de campo a zoológicos y sitios arqueológicos locales. Inicialmente,
                   las unidades móviles visitaron dos escuelas rurales por semana para llegar al mayor número
                   posible de alumnos. En el tercer año de financiación de la WKKF, el modelo se modificó para
                   facilitar el trabajo más intensivo con un número menor de escuelas cada semestre, y para fomentar
                   nuevos métodos de enseñanza en las escuelas. Los profesores de estas escuelas reportaron un
                   mejor desempeño en las asignaturas de ciencias entre sus alumnos. Sin embargo, al final del
                   proyecto aún no se habían introducido los nuevos métodos de enseñanza, lo cual requería más
                   tiempo y podría haberse logrado una vez finalizada la financiación de la WKKF.
                   Acceso a la Educación Superior entre los Grupos Desfavorecidos

                       Si bien la Fundación Kellogg nunca desarrolló un conjunto integral de actividades de
                   educación superior en la región de América Latina y el Caribe como lo hizo en los Estados Unidos,
                   su intención se hizo evidente a principios de la década de 1990, cuando la "educación superior"
                   se planteó como un nuevo objetivo en el informe presentado al Consejo de Fideicomisarios de
                                                         109
                   la Fundación a principios de octubre de 1994.  El enfoque propuesto en aquel momento fue
                   ayudar a las universidades a integrarse más eficazmente en la sociedad, cumpliendo su papel
                   en el desarrollo de las comunidades locales y en la sociedad en general. En el mecanismo se
                   pide a las universidades que desempeñen un papel más activo en la resolución práctica de
                   problemas y en la formación de los estudiantes para que puedan hacer frente a los desafíos
                   contemporáneos. En 1996, la Fundación decidió centrar la atención en dos iniciativas que ya
                   abordaban estas cuestiones, UNI (educación para las profesiones de la salud) y UNIR (educación
                   para la agricultura y las profesiones de desarrollo rural), y reconsiderar una iniciativa más amplia
                                                           110
                   de educación superior para finales de la década.  Esa intención cambió en el año 2000 con el
                   replanteamiento de la dirección estratégica en los programas de Juventud y Desarrollo.


                   109   Discusión con el Consejo sobre Programación en América Latina y el Caribe. 20 de octubre, 1994.
                   110   Meta de América Latina y el Caribe. Informe al Consejo. 20-21 de marzo de 1996.







                                                                                                    113
   114   115   116   117   118   119   120   121   122   123   124