Page 220 - Aprendizajes y Legados del Trabajo en el Campo
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principal de los esfuerzos de evaluación de la iniciativa fue la mayor capacidad, tanto de personas
                       como de organizaciones locales, de usar la evaluación como una herramienta clave para la
                       administración y la toma de decisiones.
                       Servir de base a políticas - Dado que el trabajo relativo a políticas no siempre fue un resultado
                       explícito o directo de una actividad, no ha sido fácil registrar los logros en este campo. En casi
                       todos los CC, los administradores locales eran miembros de la alianza local. Era frecuente que
                       el mismo alcalde o alcaldesa participara en el grupo que definía las directivas estratégicas
                       del trabajo. Y como consecuencia natural, los legisladores locales conocían el progreso y las
                       posibilidades de integrar el trabajo en las políticas locales. Es importante mencionar que la libertad
                       de los administradores locales de gestionar programas y presupuestos locales varía ampliamente
                       en América Latina y el Caribe.  Si bien un municipio en Brasil tiene la autonomía para diseñar e
                       implementar un programa local con fondos municipales o para adaptar un programa federal al
                       contexto local, un municipio en Honduras puede no tener control alguno sobre los programas
                       sociales que el gobierno central administra por completo. La experiencia con CC demostró que
                       siempre que los gobiernos locales tuvieran la facultad de decidir cómo distribuir el presupuesto
                       o cómo dirigir los programas sociales, se favorecía la incorporación de la labor innovadora de los
                       CC en las políticas públicas.
                           La participación de los jóvenes y las alianzas comunitarias, las dos “palancas de cambio”
                       que propone la teoría del cambio, son los mejores ejemplos de la influencia de los CC en la política
                       pública. En las microrregiones, se reconoció ampliamente que el trabajo de desarrollo efectivo
                       dependía de un enfoque interinstitucional e interdisciplinario. De muchas maneras, el sector
                       público local tuvo un mayor ímpetu por cooperar con las organizaciones no gubernamentales.
                       Pero los cambios de actitud y comportamiento entre las autoridades locales estaban en sus etapas
                       iniciales y requerían más tiempo para madurar, institucionalizarse y ser más efectivos.
                           De cualquier forma, para cuando concluyó el programa de apoyo de la WKKF, la posición
                       de la juventud en la comunidad había cambiado. En muchos casos, los jóvenes habían adquirido
                       la capacidad de organizarse y la madurez para hacerse escuchar, para proponer cambios en las
                       políticas y sostener diálogos útiles con las autoridades públicas y con la comunidad en general.
                       Pero su éxito en informar las políticas públicas quedó limitado a algunas áreas particulares. Estos
                       eran experimentos sociales que debían sistematizarse con tal de extraer conocimiento y lecciones
                       transferibles. El programa se suspendió en un momento cuando hubiera sido prematuro sacar
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                       conclusiones sobre la eficacia del modelo para minimizar o romper el ciclo de pobreza.
                           No obstante, una lección quedó clara: Hubiera sido muy difícil para cualquier CC por sí solo
                       lograr informar las políticas públicas de manera constante y replicar su propia experiencia en una
                       mayor escala. La falta de personal capacitado y con las habilidades para sistematizar y conducir
                       un análisis crítico de la experiencia, el financiamiento escaso y, tal vez, la falta de ambición son
                       en parte responsables de esta limitación. Si el programa hubiera continuado durante otra década,
                       la experiencia de los CC podría haberse consolidado más. El trabajo podría haber florecido,
                       dejando lecciones y elementos más congruentes que se podrían haber compilado para informar
                       las políticas públicas a nivel nacional o transnacional.
                       Creación de Ambientes de Habilitación para Promover el Desarrollo de la Juventud

                           De forma paralela a los clústeres integrales basados en un lugar de los proyectos que
                       buscaban romper el ciclo de pobreza, casi todas las actividades de donaciones de los equipos de
                       América Latina y el Caribe a partir del año 2000 se enfocaron en proyectos para la juventud. Desde
                       el 2000 y hasta 2008, se usaron USD 60.2 millones para apoyar aproximadamente 280 proyectos
                       dirigidos al desarrollo de la juventud. Los fondos provenían de dos fuentes. La “estrategia de
                       enfoques metódicos” (EM) había surgido junto con los clústeres integrales en septiembre de
                       1999 y se consideraba como el segundo pilar de ese gran cambio en la programación. Entre abril

                       229   Informe de América Latina y el Caribe al Consejo: “Promoción del Desarrollo Regional a través del Método de Clústeres
                       Integrales, 2000-2007. Antecedentes: Lecciones Aprendidas”, marzo 2008.


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