Page 225 - Aprendizajes y Legados del Trabajo en el Campo
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Para la segunda mitad de la década de 1990, el desarrollo de la juventud había adquirido
                   suficiente importancia para ocupar una posición en la agenda pública. Para el año 2000, las
                   oficinas responsables de diseñar e implementar los programas juveniles empezaron a aparecer
                   como divisiones, agencias e incluso ministerios gubernamentales. Pero, aunque había mucho
                   activismo en esta área, el campo académico seguía siendo el eslabón débil de la cadena. Con
                   la excepción de pocas iniciativas para formar profesionales en temas de salud adolescente,
                   tales como la salud reproductiva y la prevención de enfermedades de transmisión sexual, las
                   universidades aún no habían estructurado posgrados dirigidos a las políticas públicas y a los
                   programas para la juventud. Esta brecha persistió durante muchos años. Hacia finales de 2007,
                   la Universidad Católica de Perú, en Lima, empezó a implementar un diplomado sobre políticas
                   de la juventud y administración de programas juveniles para profesionales de ONG, agencias
                   gubernamentales y del propio campo académico. La universidad también estableció un centro
                   de estudios para evaluar la implementación y resultados de las políticas y programas para la
                   juventud en Perú. Esta nueva iniciativa en la Región Andina buscaba catalizar las experiencias de
                   muchos proyectos juveniles incluyendo la iniciativa de CC en el AGP3.
                       Asimismo, queremos documentar la importante contribución al futuro del nuevo
                   programa que representa el programa de donaciones para estudios de la Fundación. Al ofrecer
                   una formación de alto nivel a los líderes potenciales, las donaciones para estudios dejaron un
                   legado indudable y de amplio alcance. Las donaciones para estudios habían sido por mucho
                   tiempo un componente de la programación de la Fundación para América Latina y el Caribe
                   desde que empezó a trabajar en la región en 1941. En el formato tradicional, un profesional
                   dispuesto presentaría su solicitud a la Fundación para estudiar un posgrado en una universidad
                   estadounidense. Un comité interno de asociados seleccionaba a los candidatos en base a criterios
                   bien establecidos que consideraban la harmonía entre el área deseada de estudio del asociado y
                   las prioridades de programación de la Fundación. De manera muy natural, a partir de la década
                   de 1940 y hasta la de 1990, la mayoría de los solicitantes eran miembros jóvenes del profesorado
                   que dirigían proyectos financiado por la WKKF. Hasta 1980, casi todos los asociados provenían del
                   campo de la salud, principalmente de la salud pública y comunitaria, enfermería y odontología
                   social. Fue apenas en las décadas de 1980 y 1990 que empezó a crecer el número de asociados de
                   las áreas relacionadas a la agricultura y la educación. Luego, en la década de 1990, como reflejo
                   del número creciente de ONG que eran beneficiarios de la WKKF, también fueron seleccionados
                   varios asociados de organizaciones no académicas. Por lo general, estos solicitantes estudiaron
                   maestrías o tomaron diplomados. En total, aproximadamente 350 asociados de América Latina y el
                   Caribe se beneficiaron del programa de donaciones para estudios entre 1986 y 1999.
                       En el año 2000, el programa para América Latina y el Caribe fue rediseñado para integrarlo
                   de manera más estrecha con el nuevo enfoque general en la pobreza y la juventud. Los programas
                   de donaciones para estudios también estuvieron sujetos a una transformación similar. Como
                   resultado, sus prioridades se reenfocaron, lejos del énfasis tradicional en el conocimiento de la salud,
                   agricultura o educación. Y en vez, el énfasis se colocó en una serie de temas distintos, incluyendo:
                       • Desarrollo humano y de la juventud
                       • Reducción de la pobreza y desarrollo regional
                       • Liderazgo orientado al desarrollo
                       • Políticas públicas, créditos, generación de ingresos y desarrollo de pequeñas empresas
                       • Producción alimentaria sostenible
                       • Generación de ingresos y nutrición
                       • Marketing social, sostenibilidad y escalación
                       • Diversidad y promoción de grupos minoritarios

                       También se observaron cambios adicionales. Con tal de ofrecer oportunidades más extensas
                   a los asociados, la Fundación incluyó programas de universidades europeas como sitios de



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