Page 222 - Aprendizajes y Legados del Trabajo en el Campo
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                       la región de América Latina y el Caribe”.  El objetivo final de los proyectos de EM fue crear un
                       ambiente favorecedor para el desarrollo sano de los jóvenes de la región.
                           Por su propia naturaleza, los proyectos de donaciones generales no estaban restringidos
                       por la geografía. No obstante, entre los años 2000 y 2008 casi todos los proyectos de donaciones
                       generales orientados a la juventud se ubicaron en países cubiertos por las tres AGP. Para aprobar
                       el financiamiento para un proyecto de donaciones generales, el criterio más importante era el
                       nivel de innovación del proyecto y su potencial de comprobar modelos de intervención que se
                       pudieran escalar para beneficiar a los jóvenes de América Latina y el Caribe. Nótese que, en
                       muchas instancias, los proyectos que formaban parte de los CC también implementaron en las
                       microrregiones actividades similares a las que se presentan en esta sección. Por ejemplo, cada
                       CC incluía un proyecto, o un componente de un proyecto más grande, cuya intención era la
                       de promover la alfabetización digital. Pero el alcance de un proyecto de EM para desarrollar la
                       inclusión digital debería trascender los límites de una microrregión y servir como modelo para
                       escalación, cumpliendo los requerimientos para la innovación que contribuyeran a la habilitación
                       de un ambiente de desarrollo para la juventud en toda la región.

                       Desarrollo del Liderazgo
                           América Latina contaba con una vasta experiencia y con muchos académicos de renombre en
                       el campo del desarrollo social. Pero el campo académico relacionado con los temas de desarrollo
                       de la juventud estaba mucho menos evolucionado. Si bien había muchas organizaciones de tercer
                       sector trabajando en el desarrollo de la juventud, los programas universitarios e investigación en
                       el campo fueron limitados. Muchos países no contaban, además, con políticas públicas explícitas
                       para la juventud y no habían desarrollado un cuerpo de conocimientos sobre el tema.
                           En 2000 y 2001, poco después de que la WKKF comenzara a implementar su nuevo
                       programa, empezó a preparar a un nuevo cuadro de líderes. Estos tendrían la capacidad de
                       proponer lineamientos sólidos para el trabajo con la juventud y, más importante, podrían
                       combinar la pericia en desarrollo de la juventud con la pericia en desarrollo local. Se esperaba que
                       este esfuerzo produjera nuevos enfoques al desarrollo de la juventud y al liderazgo comunitario e
                       institucional. También se esperaba que creara un cuadro de líderes regionales, adultos y jóvenes,
                       con visión, conocimiento y experiencia renovados en romper el ciclo de pobreza en condiciones
                       específicas.
                           La Fundación tenía experiencia robusta en el desarrollo de líderes en salud, agricultura,
                       educación y filantropía. Pero el nuevo enfoque requería líderes que, además de entender
                       las complejidades del trabajo con la juventud y el desarrollo local, pudieran entender las
                       interdependencias entre micro y macroambientes. Necesitarían aprovechar los efectos de la
                       globalización en sus comunidades y ayudar a crear macrosistemas y ambientes de políticas que
                       apoyaran el desarrollo comunitario. Tanto legisladores como líderes institucionales también
                       deberían tener una comprensión del desarrollo humano y comunitario a nivel local y poder
                       promover la habilitación de ambientes para el desarrollo y la reducción de la pobreza. Inspirada
                       por sus labores previas, en 2002 la Fundación lanzó el PLDS - Programa de Liderazgo para el
                       Desarrollo Social. Este programa empleó un modelo similar al exitoso Programa de Liderazgo
                       en la Filantropía (conocido por sus siglas en inglés, LIP) que agrupó a los socios del programa
                       en equipos que diseñaran y realizaran proyectos específicos para sus comunidades. Entre 2002
                       y 2005, la WKKF invirtió USD 2.1 millones en ese programa de liderazgo regional en conexión
                       con su nueva meta de romper el ciclo de pobreza. El programa se creó para fortalecer los valores,
                       actitudes y prácticas de liderazgo, los marcos conceptuales de referencia y las habilidades
                       administrativas requeridas para la transformación eficaz propia y social para un desarrollo
                       sostenible. Se ofreció en las tres AGP mas no se restringió a candidatos nominados por los CC.
                       Por medio de un proceso de solicitud de propuestas, la Fundación seleccionó un centro educativo

                       231   Fundación W.K. Kellogg - Lineamientos de Información del Programa – Hoja de datos 2: Métodos de Programación,
                       diciembre de 2000.


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