Page 231 - Aprendizajes y Legados del Trabajo en el Campo
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la “economía solidaria” para ayudar a la juventud metropolitana a salir de la trampa de
la pobreza.
En un proyecto subsiguiente de 2007, PANGEA concentró sus esfuerzos en fortalecer su
incubadora de negocios como un modelo factible de integración, inclusión social y generación de
ingresos. También sirvió para persuadir al sector comercial a que apoyara las empresas incubadas.
Una vez más, PANGEA obtuvo resultados positivos en su labor de preparar a los jóvenes para la
vida laboral, a tal grado que muchos de ellos entraron al mercado laboral formal. Sin embargo, los
jóvenes no adoptaron la idea del trabajo en cooperación que no reconocía los talentos individuales,
y prefirieron trabajar donde alcanzaran el éxito individual.
En Recife, la Fundación CDL-Recife, que se menciona en el capítulo 5 como ejemplo de
responsabilidad social, decidió invertir en la formación de emprendimiento junto con programas
de capacitación laboral tradicional para demostrar la ventaja de impartir estos dos tipos de
formación de manera conjunta sobre su conducción aislada. El programa Empresarios del Futuro
se enfocó en formar a jóvenes de 14 a 21 años de edad. Esta formación se basó completamente
en la producción y administración de una pequeña empresa en una incubadora protegida. CDL-
Recife usó sus relaciones extensas con minoristas para ayudar a los participantes del programa a
comercializar sus productos. En dos años, 300 jóvenes participaron en el programa; CDL reportó
varios casos de éxito pero no se dio un seguimiento formal para monitorear la participación del
grupo en el mercado laboral.
Otra avenida que se exploró fue el análisis de pequeños nichos de mercado que no requerían
capital social. En Huancavelica, 230 millas al sureste de Lima, Perú, el Instituto Ecológico para el
Desarrollo (IED) colocó el énfasis en el emprendimiento y la creación de pequeñas empresas en
su trabajo con jóvenes rurales productores, procesadores y comerciantes de hierbas medicinales
y aromáticas. Lima presentaba un mercado potencial para estos productos, por lo que el objetivo
del proyecto era demostrar que las empresas de jóvenes podían competir en nichos de mercado
específicos que requerían trabajo cualificado y poco capital. Con este fin, 75 familias plantaron
y cuidaron 70 jardines herbolarios de prueba, mientras que 15 jóvenes líderes recibieron una
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