Page 233 - Aprendizajes y Legados del Trabajo en el Campo
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complementaron este trabajo y resaltaremos los esfuerzos dedicados a los aspectos específicos de
responsabilidad social relevantes para el desarrollo de la juventud.
Dentro de las áreas de responsabilidad social se encuentran los derechos civiles de la
juventud. Dos proyectos ejemplares en México buscaron prevenir la violencia y el abuso de
jóvenes y mujeres, a quienes ofrecieron cuidados adicionales. En 2005, Sin Fronteras, una de
las organizaciones que trabajaban con migrantes en los centros de detención de la Ciudad de
México, desarrolló un programa modelo que proporcionaba atención médica, atención social y
asesoría jurídica para adolescentes migrantes de Guatemala que ingresaban a México o que eran
deportados a casa. El programa también ofrecía soluciones para reintegrarlos a su regreso. Al
equipar a los adolescentes con información útil, Sin Fronteras les daba el poder para compartir
sus conocimientos, convertirse en agentes del desarrollo en sus propios países, en tránsito o en su
lugar de destino. Aunque México y Guatemala eran países meta, la experiencia se podía extender
a Honduras, Costa Rica, Belice, El Salvador, Nicaragua, Panamá, República Dominicana e incluso
a Estados Unidos y Canadá.
Debido a que los migrantes a México eran víctimas de abuso principalmente a lo largo de la
frontera entre Chiapas y Guatemala, en 2006 la rama mexicana de la Organización Internacional
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para las Migraciones (OIM) inició un proyecto piloto similar. La frontera sur de Chiapas es un
destino o punto de tránsito para los migrantes centroamericanos que intentan llegar ilegalmente
a los Estados Unidos. Las mujeres y menores migrantes que ingresaban a México por esta ruta
corrían el riesgo de ser víctimas de robo, agresión, acoso, humillación y abuso. Con menos acceso
a información precisa, estos migrantes también tenían un menor acceso a los canales de migración
formales y eran víctimas de abuso con mayor frecuencia. Con el fin de proteger sus derechos y
su dignidad, la OIM brindó asistencia médica y psicológica a mujeres y menores al igual que
asesoría jurídica para presentar denuncias formales. También se dedicó a concientizar sobre los
derechos de los migrantes y a documentar cada caso, con el respeto adecuado de su privacidad y
confidencialidad, creando así un cuerpo de conocimientos que podría convencer a los institutos
para que promovieran el apoyo político para las víctimas.
Surgió otro problema relativo a la protección de los derechos de los jóvenes cuando algunos
gobiernos de América Central empezaron a mostrar una tendencia hacia la adopción de la
“mano dura” en la creación de políticas públicas para lidiar con la violencia de las pandillas
juveniles de los maras. En 2007 y 2008, la WKKF hizo dos pequeñas donaciones a la Universidad
Centroamericana José Simeón Cañas (UCA) en El Salvador para consolidar la Coalición
Centroamericana para la Prevención de la Violencia Juvenil (CCPVJ). La CCPVJ era una iniciativa
interdisciplinaria ambiciosa con alcance público y privado: un observatorio social y centro de
estudios con el fin de promover cambios institucionales hacia enfoques integrales e integrados
ante la violencia juvenil en la región, con un énfasis en la prevención social.
La Fundación también intentó promover una cultura de responsabilidad social entre los
estudiantes universitarios. De hecho, la educación a nivel universitario de conceptos y prácticas
de responsabilidad social entraron en la programación de la WKKF en la década de 1990, cuando
invirtió en la creación de “centros de tercer sector” e introdujo disciplinas relacionadas en las
licenciaturas en administración de empresas. Para el año 2000, muchas escuelas de negocios ya
habían integrado este material en sus programas de estudio. En Panamá, donde aún no se había
desarrollado este campo, la Universidad Católica de Santa María La Antigua (USMA) recibió
apoyo de la WKKF en el periodo 2002 a 2005 para promover la responsabilidad social entre sus
alumnos de administración de empresas. Ya que era la universidad privada de mayor prestigio
de Panamá, los graduados de la USMA solían convertirse en líderes de negocios en el país. La
universidad tenía la expectativa de que sus graduados se convirtieran en una nueva generación
de líderes de negocios, bien informados en temas de responsabilidad social. No era coincidencia
que el rector de la facultad de administración fuera un ex-asociado del LIP. Una vez más, esto
demostró la interconexión de los programas de la Fundación y el impacto positivo que cada líder
formado aporta a su entorno.
239 Establecida en 1951, la OIM es la organización intergubernamental líder en el campo de las migraciones; trabaja
con socios gubernamentales, intergubernamentales y no gubernamentales.
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