Page 274 - Aprendizajes y Legados del Trabajo en el Campo
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2010: Primer Año de la Etapa “Semilla”
La nueva estrategia “Semilla” fue lanzada a principios de 2010. El equipo de América
Latina y el Caribe comenzó estableciendo un proceso de planificación participativa e
invitando a cada municipio de las microrregiones a crear su propia visión, objetivos y
estrategias a 10 años. Elaborado con el asesoramiento de profesionales del desarrollo rural y
la planificación participativa en México, uno de los principios básicos era utilizar y fortalecer
las entidades locales existentes para la toma de decisiones y la planificación (los consejos
municipales) en lugar de crear nuevas. La Fundación otorgó donaciones a tres organizaciones
externas con experiencia en procesos participativos. Esto facilitaría el proceso de planificación
y fortalecería los procesos de planificación y toma de decisiones de los consejos, junto con la
capacidad de otros grupos y organizaciones de la comunidad para interactuar entre ellos.
El equipo también trabajó intensamente durante el primer año para construir redes de
colaboradores y aliados en cada microrregión. Mejoraron la coordinación entre los donantes y
los organismos de desarrollo, vincularon a los posibles beneficiarios con otros patrocinadores y
funcionarios gubernamentales a fin de equiparar los fondos de las fundaciones y promovieron
una red de líderes juveniles para que actuaran como agentes de cambio en sus comunidades.
Durante el primer año se concedieron una serie de donaciones denominadas “inversiones
de llegada” para demostrar el compromiso y comenzar a construir la plataforma integral para la
infancia en cada microrregión. Entre ellas se incluían donaciones para: reducir la deserción escolar
y aumentar las tasas de conclusión de estudios secundarios en las escuelas rurales; mejorar la
seguridad alimentaria, la nutrición infantil y el acceso al agua y el saneamiento en los hogares;
ampliar el alcance de los servicios de salud pública a las comunidades remotas; y estudios
de factibilidad y proyectos piloto para determinar las oportunidades de realizar actividades
generadoras de ingresos, como la producción de café y miel, las artesanías y el turismo.
En este primer año también se desarrollaron las primeras herramientas de apoyo, como
la primera generación del Programa Líderes en Desarrollo. El programa estaba dirigido a
jóvenes líderes de 25 a 35 años de edad, originarios de la región, ya reconocidos como agentes
de cambio en sus comunidades. El programa de un año de duración tenía como objetivo
ampliar su visión, fortalecer sus redes y proporcionarles nuevas herramientas a través de una
combinación de instrucción y diálogo, visitas a proyectos comunitarios exitosos y tutorías
continuas. También se desarrolló una herramienta de monitoreo para evaluar el progreso en
las microrregiones. Estaba compuesto por indicadores cuantitativos a revisar anualmente,
que utilizaban una combinación de datos públicos disponibles y una encuesta en los hogares
del municipio. Formaba parte de una estrategia más amplia de evaluación y aprendizaje en
la que una evaluación cualitativa de los progresos complementaba la evaluación anual de
los indicadores. Finalmente, con el apoyo del equipo de Inversiones Orientadas a la Misión/
Inversiones Relacionadas con Programas (MDI/PRI por sus siglas en inglés) en Battle Creek,
el equipo de América Latina y el Caribe exploró los beneficios potenciales de apoyar a las
empresas sociales que cuentan con PRIs como un medio de proporcionar soluciones basadas
en el mercado para los problemas sociales críticos de las comunidades de bajos ingresos. El
equipo había identificado oportunidades para invertir en varias empresas, entre ellas una
cooperativa de agricultura orgánica, un proyecto de vivienda asequible y una empresa de
telemedicina para atender a áreas remotas. Se utilizó el primer año para analizar los posibles
retornos económicos y sociales de estas inversiones, mientras se aprendía de las experiencias
de otros a través de una red latinoamericana de inversiones de impacto.
Desarrollo Basado en un Lugar en Haití
Antes del terremoto de magnitud siete que sacudió Haití el 12 de enero de 2010, la
Fundación había planeado hacer pequeñas inversiones continuas en Haití y en áreas
seleccionadas del Caribe. El terremoto dejó más de 250,000 muertos, 300,000 heridos, más
de un millón de personas sin hogar, un sinnúmero de niños huérfanos o separados de sus
padres y gran parte de la ya precaria infraestructura del país quedó inutilizable. Estos efectos
devastadores llevaron a la Fundación a reconsiderar sus enfoques geográficos. En febrero
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