Page 275 - Aprendizajes y Legados del Trabajo en el Campo
P. 275

de 2010, el Consejo de Fideicomisarios de la Fundación pidió al equipo de América Latina
                   y el Caribe que realizara una evaluación rápida de la situación y recomendara si y cómo
                   comprometerse con un esfuerzo de desarrollo a largo plazo en Haití. Dicha solicitud surgió
                   de la profunda preocupación por el impacto social, económico y ambiental a largo plazo del
                   terremoto en lo que ya era el país con mayor pobreza de las Américas. El PIB per cápita en
                                             295
                   2009 era de tan solo USD 674;  más del 80% de la población vivía en la pobreza y el 56% en
                   la pobreza extrema. Los niños haitianos eran particularmente vulnerables ante los efectos de
                   esta última. Con 76 muertes por cada 1,000 nacimientos, la tasa de mortalidad infantil y de
                   niños menores a cinco años eran las más altas en el hemisferio occidental, casi tres veces más
                                                          296
                   que la media en América Latina y el Caribe.  Únicamente el 50% de los niños habían ido a
                                                             297
                   la escuela, y solo el 2% estudiaba la secundaria.  Detrás de esa pobreza se encontraba una
                   inestabilidad política crónica, una ausencia casi total de instituciones operativas, un grave
                   agotamiento de los recursos naturales y un sector agrícola casi inexistente.
                       El Consejo también percibió otra oportunidad en Haití para promover su compromiso
                   de combatir las manifestaciones de racismo histórico y estructural en América Latina y
                   el Caribe. Haití representaba quizás la mayor expresión del legado contemporáneo de
                   esclavitud de América Latina y el Caribe, con una población principalmente de ascendencia
                   africana (la población afrodescendientes representa el 95% de la población, aproximadamente
                                                      298
                   9.4 millones de personas en el año 2010 ), quienes en su mayoría vivían en situación de
                   pobreza. Haití fue la primera república gobernada por personas de raza negra en el mundo
                   después de proclamar su independencia de Francia en 1804. Sin embargo, la fuerte deuda
                   impuesta por los franceses a cambio del reconocimiento de la independencia de Haití, junto
                   con el agotamiento de los recursos naturales del país para dejar paso a las plantaciones de
                   azúcar y café, paralizó la economía y socavó la oportunidad que tenía el país de establecer
                   un Estado viable. Los miembros del Consejo de Fideicomisarios de la WKKF deseaban que la
                   Fundación hiciera una pequeña contribución a la reducción de la pobreza en una población
                   que seguía soportando la carga del colonialismo de los últimos tiempos.
                       La Fundación Kellogg ya contaba con las bases para poder impulsar un programa
                   de desarrollo integral en Haití. Entre 1995, cuando comenzaron los primeros esfuerzos
                   sistemáticos para promover el desarrollo en Haití, y 2006, cuando se financiaron los últimos
                   clústeres de proyectos integrales, la Fundación invirtió algo más de USD 15 millones en 48
                   proyectos. Estos incluían el desarrollo comunitario y regional, formación vocacional, becas
                   universitarias y desarrollo institucional y de liderazgo. Muchos proyectos han sufrido la falta
                   de estabilidad política, la extrema debilidad de las instituciones y la debilidad del capital
                   social de las comunidades. No obstante, proporcionaron a la WKKF un importante acervo de
                   conocimientos y una red de relaciones con instituciones y líderes locales.
                                                                                   299
                       El equipo de América Latina y el Caribe y un antiguo becario haitiano del Programa
                   Internacional para la Erradicación del Trabajo Infantil pasaron tres meses realizando visitas
                   y consultas en campo. Asistieron a reuniones internacionales y revisaron las experiencias
                   de la WKKF y otros donantes y agencias de ayuda en Haití. En mayo de 2010, el equipo
                   informó al Consejo que, en medio de un caos considerable y de una profunda pérdida
                   tanto personal como colectiva, había, sin embargo, un sentimiento de esperanza de que el
                   desastre podría desencadenar una transformación a gran escala y la oportunidad de recrear


                   295  http://data.worldbank.org/country/haiti

                   296  Actualización sobre Haití, mayo de 2010.

                   297  Estadísticas según la UNICEF (Actualización de América Latina y el Caribe para el Consejo, mayo 2011).
                   298  http://data.worldbank.org/country/haiti

                   299  Consulte más información en el capítulo sobre Programas para desarrollo nacional y regional en la década de
                   1990: México, Haití y la Mancomunidad del Caribe.

                                                                                                   269
   270   271   272   273   274   275   276   277   278   279   280