Page 276 - Aprendizajes y Legados del Trabajo en el Campo
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el ya desaparecido Estado haitiano. El Consejo estuvo de acuerdo con la recomendación del
equipo de invertir en un esfuerzo de desarrollo de al menos 10 años, en lugar de emprender
esfuerzos inmediatos para reconstruir la infraestructura y los servicios básicos, que ya habían
atraído una importante financiación de todo el mundo.
Esta perspectiva a largo plazo permitiría a la Fundación centrarse en el fomento de la
capacidad institucional y de liderazgo, el establecimiento de asociaciones multisectoriales
y la creación de un crecimiento económico y un desarrollo más dinámicos, inclusivos y
sostenibles, lo que contribuiría a un desarrollo saludable de la infancia. El equipo propuso
utilizar la teoría básica del cambio y el enfoque metodológico para el desarrollo basado en
un lugar adoptado en México, adaptado según fuera necesario al contexto haitiano. Los
fiduciarios también aprobaron la solicitud del equipo de financiar un periodo de 12 meses
adicionales de exploración. Este periodo permitiría al equipo aprender más y elaborar una
estrategia fuerte y a largo plazo basada en las realidades locales, al tiempo que el caos de las
secuelas del terremoto se reduciría en cierta medida. El equipo aprovecharía el tiempo para
entablar un diálogo permanente sobre la reconstrucción y el desarrollo de Haití. Tratarían de
comprender mejor el contexto, a fin de evaluar los riesgos de comprometerse de nuevamente
en un momento de agitación. Considerarían posibles estrategias de mitigación y la mejor
manera de restablecer la presencia de la WKKF en el país.
2010: Exploración Inicial en Haití
A principios del mes de diciembre de 2010, el equipo de América Latina y el Caribe
presentó un informe sobre sus actividades durante los primeros seis meses de la fase
exploratoria. El equipo había realizado múltiples viajes a Haití donde se reunieron con
líderes de ONG y organizaciones de base popular, líderes de pensamiento, organizaciones
de la diáspora, funcionarios gubernamentales, agencias de desarrollo de la ONU e
internacionales, donantes internacionales y líderes empresariales, todos ellos para
comprender mejor las necesidades y prioridades locales. Durante estas visitas, el equipo
identificó cinco microrregiones potenciales que cumplían con la mayoría o la totalidad de los
criterios de selección utilizados para seleccionar microrregiones en México: pobreza superior
al promedio, compromiso de los gobiernos locales con el desarrollo, fuerte liderazgo de la
comunidad y una sólida base de activos naturales. El personal de la Fundación también tomó
la iniciativa de promover discusiones con financiadores de América Latina, Estados Unidos y
Europa para aprender de sus experiencias en Haití e identificar formas de colaborar en lugar
de duplicar esfuerzos. El equipo copatrocinó una reunión de donantes en octubre de 2010 con
miras a establecer una cooperativa de donantes en Haití.
Se concedieron varias donaciones para proyectos dirigidos localmente con organizaciones
haitianas, a fin de demostrar el compromiso de beneficiar a los niños vulnerables y a sus
familias, al tiempo que se ayudaba a establecer relaciones locales. Entre ellas figuraban
proyectos para mejorar la educación básica y la nutrición, satisfacer las necesidades básicas
de los niños directamente afectados por el terremoto y cubrir los gastos de participación de
los dirigentes comunales en la conferencia mundial anual de la Federación Internacional
de Centros de Asentamientos y Vecindarios. Las donaciones menores de la WKKF también
reunieron a actores clave de diversos orígenes (líderes comunitarios, profesionales de ONG,
académicos y políticos) para discutir propuestas para la recuperación, la reconstrucción y el
desarrollo en conferencias organizadas por la Organización de los Estados Americanos y la
Organización Nacional para el Progreso de los Haitianos (ONAH).
También se estaba trabajando para identificar colaboradores que pudieran crear
herramientas de apoyo similares a las que se están desarrollando en México. Estos
incluyeron un programa de liderazgo, un marco de monitoreo y evaluación, mecanismos
de fortalecimiento de las ONG y el desarrollo de planes a 10 años con las comunas de las
microrregiones seleccionadas.
El personal reportó los desafíos considerables para el lanzamiento de un programa
efectivo en Haití. El caos posterior al terremoto se vio agravado por la epidemia de cólera en
la región central del país y la impugnación a los resultados de las últimas elecciones. El país
no contaba con la infraestructura y los servicios más fundamentales, tanto el Estado como sus
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