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Universidad Federal de Ceará - De las Parteras Tradicionales a las Políticas Públicas
                           En 1970, Ceará era la segunda entidad más marginada entre los 27 estados de Brasil.
                        Ubicada en el noreste árido del país, Ceará sufría de sequías y una cultura política retrógrada.
                        Este estado presenta algunos de los peores indicadores sociales del país, como una tasa de
                        mortalidad infantil de 156 por cada 1,000 nacimientos, una esperanza de vida de solo 43.2 años,
                        un índice de analfabetismo del 55% y sistemas de abastecimiento de agua que solo atienden
                        al 5% de los hogares. La escasez de profesionales de la salud era especialmente grave fuera
                        de la capital, Fortaleza. Los servicios de salud, en caso de haberlos, a menudo se limitaban
                        a un edificio sencillo y poco equipado que solo ofrecía consultas básicas y vacunas, con
                        únicamente una visita semanal de un médico o una enfermera. En las zonas rurales, muchos de
                        los problemas de salud los atendían curanderas tradicionales (benzedeiras) y practicantes de la
                        herbolaria. Las madres recibían ayuda durante el trabajo de parto de una partera tradicional,
                        generalmente una mujer líder en la comunidad. A un niño con diarrea y deshidratación, por
                        ejemplo, se le podía llevar con la benzedeira para encontrar una cura o "para que lo bendijeran
                        en su camino al cielo".
                           En 1976, un donativo de 260,000 dólares de la WKKF a la Universidad Federal de Ceará
                        (UFC) se destinó a desarrollar un proyecto diseñado por el doctor Galba Araujo, profesor de
                        obstetricia de la Facultad de Medicina de la Universidad Federal de Ceará (UFC). Conocido
                        como PROAIS (Programa de Actividades Integradas de Salud), su objetivo consistía en
                        mejorar la práctica de las parteras tradicionales en una localidad de escasos recursos a
                        32 km de Fortaleza. La implementación de prácticas de mayor higiene y un sistema de
                        referencia embrionario establecido entre las parteras tradicionales y el departamento de
                        obstetricia mostraron excelentes resultados. Después de tres años, la incidencia del tétanos
                        neonatal y otros problemas frecuentes relacionados con el embarazo y el parto disminuyó
                        significativamente. Las parteras tradicionales recibieron capacitación para sustituir los
                        rituales riesgosos que utilizaban para tratar el cordón umbilical con un tratamiento sencillo
                        pero higiénico. Aprendieron a detectar problemas de trabajo de parto de forma oportuna
                        y a canalizar situaciones anormales al hospital universitario. En resumen, en lugar de ser
                        un riesgo para la salud, las parteras tradicionales se convirtieron en un recurso de salud
                        informal. Sin embargo, el aprendizaje denominado "transferencia inversa de tecnología" no
                        fue un proceso uniforme. Bajo la firme dirección del doctor Araujo, la clínica obstétrica de
                        la universidad adoptó algunas de las prácticas culturales profundamente arraigadas de las
                        parteras tradicionales. Esto incluía mantener a las mujeres en posición vertical durante el parto
                        y amamantar a sus bebés inmediatamente después de su nacimiento.
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                           Aunque este fue un proyecto demostrativo realizado en un territorio limitado, su éxito y
                        la excelente relación que la universidad estableció con la comunidad generó mucho interés.
                        Lo anterior contribuyó a facilitar la segunda fase del proyecto PROAIS. Esta fase, que contó
                        con el apoyo de una donación por USD 327,000, abarcó desde 1981 hasta 1984 y amplió el
                        proyecto a otras cinco localidades. En la segunda fase, el equipo del proyecto se apoyó tanto
                        de las parteras tradicionales como de los curanderos para establecer un programa de salud
                        maternoinfantil basado por completo en puestos de salud sencillos (clínicas) y centros de parto
                        (casas de parto), los cuales fueron construidos y gestionados por asociaciones de la comunidad
                        bajo la dirección del proyecto, las parteras tradicionales y los curanderos. El programa
                        consolidó y amplió exitosamente la participación de las parteras tradicionales. Ahora están
                        capacitadas para ofrecer atención prenatal y postnatal, y reclutaron a las benzedeiras (que
                        literalmente significa "las mujeres que bendicen") para realizar acciones preventivas como
                        educar a las madres sobre la necesidad de vacunar a sus hijos, los beneficios de la lactancia
                        materna y la prevención y el tratamiento de la diarrea (la causa más común de muerte en niños
                        menores de cinco años). El sistema de canalización se extendió para incluir a los hospitales
                        de segundo nivel, en caso de haberlos. La relación entre las parteras tradicionales y la clínica


                        25  Andrade, FMO at al - PROAIS - Programa de atención médica primaria: el caso de Ceará, en el noreste de
                        Brasil. Unisa Lat. Am. Rep. 11(2) julio- diciembre de 1995.


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