Page 49 - Aprendizajes y Legados del Trabajo en el Campo
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Desde la década de 1990 y hasta el nuevo milenio, introdujeron muchos otros programas de
maestría y doctorado en América Latina y el Caribe, con y sin el apoyo de la WKKF. El legado de
los PRODEN: instituciones y liderazgo sólidos, y el mayor prestigio y autoestima de la profesión
de enfermería, elementos esenciales para mejorar el papel de las enfermeras en la prestación de
servicios de atención primaria y en la gestión de SILOS para mejorar la salud.
La Facultad de Enfermería de la Universidad Nacional de Colombia (UNC) en Bogotá,
Colombia, a pesar de no ser un PRODEN, también fue un colaborador importante en el desarrollo
de la educación y la práctica de la enfermería durante ese periodo. En 1989, la Fundación otorgó
USD 724,000 a la Escuela de Enfermería de la UNC para mejorar los servicios de salud para los
90,000 residentes de la sección de San Blas en Bogotá. La donación ayudó a la UNC a establecer
un modelo maternoinfantil centrado en la familia para la atención médica y la formación en las
profesiones de la salud, basado en una estrategia de atención primaria. Por medio del proyecto, la
UNC creó un modelo de atención de enfermería de atención primaria que se utilizó para capacitar
a estudiantes universitarios de enfermería. En 1993, la Fundación destinó otros USD 691,000 para
fortalecer ese modelo de enfermería comunitaria y capacitar a estudiantes universitarios de la
UNC en preparación para áreas de enfermería, nutrición, psicología, odontología y medicina.
Los PRODEN incluyeron la participación de países con una fuerte tradición de
enfermería, una sólida base institucional para la educación en enfermería y una masa crítica
de emprendedores dispuestos a mejorar la calidad de la educación. Sin embargo, otros países
de la región carecen de instituciones debidamente calificadas y del liderazgo necesario para
aplicar iniciativas y reformas similares. Esos países tienen planes de estudios de enfermería más
deficientes, un marco conceptual más frágil para orientar la labor de las enfermeras y escasos
recursos didácticos. Sobre todo, la prestación efectiva de cuidados en esos países depende en gran
medida del trabajo de las enfermeras auxiliares y de los ayudantes. Por ejemplo, en Venezuela,
el 68% del personal de enfermería era un auxiliar de enfermería con educación primaria, el 30%
contaba con un cierto nivel de educación secundaria, y solo el 2% tenía educación universitaria.
La provincia de Santa Fe en el noroeste de Argentina solo contaba con 1,146 enfermeras para
una población de 500,000 habitantes. De ellas, solo el 1% tenía un título en enfermería; el 7% eran
enfermeras de práctica, el 90% eran asistentes de enfermería y el 2% eran ayudantes.
En 1990, junto con el apoyo a los cuatro PRODEN, la Fundación donó a la OPS USD
400,000 para coordinar los esfuerzos de capacitación de enfermeras en atención maternoinfantil
en Bolivia, República Dominicana, Guatemala, Paraguay, Venezuela y Ecuador. El plan de
coordinación se basó en programas de educación continua. Se seleccionó una escuela rectora en
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