Page 50 - Aprendizajes y Legados del Trabajo en el Campo
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cada país y se estableció una red con uno de los PRODEN, el cual, a su vez, ofreció apoyo en los
métodos educativos y en el diseño de los planes de estudio. La OPS también apoyó los esfuerzos
de las escuelas para adquirir equipo educativo y libros. Por medio de este programa, cientos de
enfermeras de servicio, profesores y auxiliares de enfermería recibieron formación en los seis
países utilizando un enfoque de TSA. Las escuelas también revisaron sus planes de estudio,
añadiendo elementos de obstetricia, pediatría y ciencias sociales.
En Argentina, pocas enfermeras contaban con una licenciatura. Los programas universitarios
solo estaban disponibles en la capital nacional, lo que hacía casi imposible el acceso de los
estudiantes en el interior. Además, los planes de estudio existentes se centraban en la atención
terciaria. Basándose en las lecciones aprendidas de un exitoso proyecto anterior financiado por
la Fundación en 1987, la Universidad de Rosario, ubicada en la capital de la provincia de Santa
Fe, recibió una segunda donación en 1990 para implementar un programa de licenciatura a
distancia para enfermeras en áreas rurales. Durante tres años, las solicitudes de estudiantes de la
universidad aumentaron de 30 a 640, lo que permitió que un número significativo de enfermeras
formadas en la práctica obtuviera un título de licenciatura.
La provincia de Río Negro en el suroeste de Argentina también carecía de oportunidades
educativas y contaba con escasos profesionales. Con el apoyo de la WKKF, el Consejo Provincial
de Salud Pública implementó un programa basado en la TSA en la Escuela Secundaria de
Enfermería que impartía un curso de enfermería profesional de nivel de preparatoria a los
asistentes de enfermería. La provincia de Chubut en la Patagonia argentina también se enfrentaba
a una escasez de profesionales de la enfermería. Con una densidad demográfica de solo 6.4
habitantes por kilómetro cuadrado, los 350,000 habitantes de esta provincia dependían de los
servicios de 751 trabajadores de enfermería, de los cuales solo dos tenían un título universitario
en enfermería. Los demás trabajadores eran asistentes de enfermería que lograron pasar de
"ayudantes" por medio de un esfuerzo educativo dirigido por el departamento provincial de salud
pública. En 1995, una donación de USD 255,000 al Departamento Provincial de Recursos Humanos
ayudó a poner en marcha un programa educativo de dos años, también basado en una estrategia
de TSA, para que los asistentes de enfermería alcanzaran el nivel profesional de enfermería.
En 1993, el apoyo de la Fundación ayudó a la Escuela de Enfermería de la Universidad
del Zulia, en Maracaibo, Venezuela, a dirigir un esfuerzo nacional para actualizar los planes
de estudios de enfermería y desarrollar un programa de profesionalización a distancia para el
personal auxiliar de enfermería. Zulia estableció colaboraciones con otras escuelas de enfermería
y departamentos de salud en cuatro estados y desarrolló un programa para capacitar a tres
niveles de asistentes de enfermería. El programa se basó en una metodología de aprendizaje
mixto y utilizó centros de enseñanza externos en los cuatro estados para capacitar a más de 1,400
trabajadores. En 1994, la Escuela de Enfermería de la Universidad de Honduras implementó un
programa de diplomado "especializado" de un año en las áreas de salud materno-infantil, salud
familiar y atención integral para niños y adolescentes. Las enfermeras que se graduaron por medio
de este programa se desempeñaron como instructoras de auxiliares de enfermería en cursos de
menor duración. El programa se diseñó con el objetivo de incluir una gran cantidad de lecciones a
distancia, lo que redujo los costos y evitó la ausencia prolongada de los participantes.
Dada la falta de enfermeras calificadas en muchos países de América Latina y el Caribe y
los resultados positivos obtenidos por muchos de los proyectos mencionados anteriormente, la
WKKF asignó USD 5.4 millones en 1994 para establecer una iniciativa de educación de enfermería
a distancia. El nuevo programa se dirigió a instituciones educativas comprometidas con la
formación de un mayor número de enfermeras, tanto a nivel de licenciatura como de posgrado,
mediante el desarrollo de métodos educativos innovadores y programas de aprendizaje a
distancia que impartieran formación a los estudiantes en lugares remotos. Uno de los principales
objetivos de esos proyectos fue la formación continua para que las ayudantes se convirtieran en
auxiliares de enfermería, y las auxiliares de enfermería calificadas se convirtieran en enfermeras
(o enfermeras prácticas, dependiendo de la terminología utilizada en cada país). Con el fin de
fortalecer el esfuerzo regional, la Universidad Estatal de California, Domínguez Hills, uno de los
principales proveedores de aprendizaje a distancia en enfermería, ofreció un instituto de verano
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