Page 65 - Aprendizajes y Legados del Trabajo en el Campo
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No hay estudios sobre el impacto general de los desarrollos de UNI en el estado de salud
de las 23 comunidades, y esto fue una debilidad del programa. Se realizaron pocos y dispersos
estudios dentro de los proyectos, y la evaluación de los grupos temáticos no fue diseñada para
capturar ese impacto. Sin embargo, algunas estadísticas reportadas por proyectos de UNI
proveen evidencia de servicios de salud mejorados y más efectivos, por ejemplo:
• En UNI-Medellín, la mortalidad infantil perinatal se redujo a la mitad (de 9.8 a 4.9
muertes por cada 1,000 nacimientos).
• En UNI-Londrina el índice global de mortalidad infantil se redujo en un 40% (de 28.7 a
16.6 muertes por cada 1,000 nacimientos); en un área muy pobre del proyecto, esa tasa
se redujo en un 78% (de 59.3 a 12.9 muertes por cada 1,000 nacimientos).
• En UNI-Botucatu, el índice de mortalidad infantil perinatal descendió de 11.8 a 7.0 por
cada 1,000 nacimientos, y la tasa de mortalidad materna se redujo en dos tercios (de
62 a 18 muertes por cada 100,000 partos) tras la reactivación por parte del proyecto de
UNI de la sala de obstetricia del hospital comunitario.
Desarrollo Comunitario: La iniciativa de UNI produjo sus cambios más visibles y de
mayor alcance en esta área, tanto en la forma en que las comunidades participaron en temas
relacionados con la salud como en otros aspectos del empoderamiento de la comunidad.
UNI no propuso capacitar a los agentes de salud de la comunidad, como lo habían hecho
muchos proyectos de TSA. En lugar de un enfoque condescendiente a la participación de la
comunidad, como se ha visto en proyectos anteriores de TSA, los proyectos de UNI fueron
capaces de movilizar a las organizaciones comunitarias y a los sistemas de salud para
establecer nuevos umbrales y patrones de participación. Las personas tomaron conciencia de
los factores determinantes de su salud y se les alentó para desempeñar un papel activo. Al
comprender que el acceso al conocimiento y la información es vital para la democratización
de las relaciones, las comunidades buscaron información sobre una amplia gama de temas.
Los proyectos apoyaron la formación en numerosas áreas, incluyendo leyes y reglamentos
federales, estatales y locales que afectan la vida comunitaria, derechos sociales, administración,
planificación estratégica, negociación, defensa, evaluación, trabajo en equipo y una larga lista
de problemas de salud. Acostumbrados durante mucho tiempo a asumir un papel pasivo,
las asociaciones comunitarias y los individuos respondieron positivamente a estos esfuerzos,
y se volvieron más capaces y eficientes en su capacidad de exigir y seleccionar prioridades.
Las lecciones aprendidas van mucho más allá de cuestiones de salud: UNI promovió una
reevaluación de las relaciones entre los ciudadanos, los servicios sociales y las universidades.
En lugar de simplemente exigir soluciones de arriba hacia abajo, las comunidades se inclinaron
más a trabajar con las autoridades locales y a buscar formas de colaboración para resolver
problemas que van desde la eliminación de la basura hasta la limitada disponibilidad de los
médicos. Las comunidades desarrollaron un nuevo sentido de pertenencia a la universidad
local y vieron con orgullo su colaboración. El aumento del nivel de participación también
requería cambios en la forma en que las universidades y los servicios de salud veían a la
comunidad y su posible contribución a la solución de los problemas de salud. En los proyectos
de UNI, la universidad, los servicios de salud y las comunidades se esforzaron por aprender
y reconocer los conocimientos de los demás colaboradores y construir soluciones nuevas y
originales con base en esta diversidad.
Además de una mayor capacidad para negociar con los sistemas de salud y participar
en los comités locales de salud, los esfuerzos de desarrollo del liderazgo aumentaron la
capacidad de las comunidades de implementar sus propias iniciativas de salud, a
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