Page 72 - Aprendizajes y Legados del Trabajo en el Campo
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destinadas a consolidar y/o difundir
un logro pertinente de proyectos
exitosos y para ofrecer una estructura
organizacional mínima para diversas
actividades de formación de redes. Tanto
los proyectos activos como los anteriores
formaban parte de las actividades
de networking. Se esperaba que esos
grupos se integraran gradualmente
a una importante red de proyectos
multiprofesionales, interdisciplinarios
y con una misión determinada, que
sería mucho más capaz de alcanzar
los objetivos de programación de la
WKKF en la década de 1980. En el caso
de la red de enfermería de atención
primaria, debido a la necesidad especial
de empoderar a las facultades de
enfermería, también se utilizaron fondos
para desarrollar seminarios de liderazgo
e identificar a un grupo de líderes de
enfermería en la región. Ese esfuerzo fue
seguido por asignaciones generales, específicamente para desarrollar el liderazgo de la enfermería,
como se discutió en la sección anterior.
Durante los tres años siguientes, la Fundación apoyó el surgimiento de varias redes que
compartían intereses comunes, estableciendo una nueva fase del programa de América Latina y
el Caribe en donde las actividades de networking se convirtieron gradualmente en algo habitual
en la vida de los proyectos. Inicialmente, para estimular el surgimiento de redes autosostenibles,
la WKKF tomó la iniciativa de conectar a líderes e instituciones mediante la organización de
reuniones y conferencias de networking entre los beneficiarios de los donativos. En 1988, se
aprobó una segunda asignación general (USD 1.6 millones) para seguir desarrollando esa labor.
Para entonces, los beneficiarios ya habían interiorizado la cultura del networking, y tanto las
redes nacionales como las basadas en intereses comenzaron a florecer con el apoyo financiero de
la Fundación. Además de los donativos concedidos específicamente para iniciar o mantener los
secretariados de las redes, a principio de la década de 1990 la mayoría de los presupuestos de
los proyectos incluían una partida presupuestaria para actividades de networking. Esta partida
representaba aproximadamente el 5% del presupuesto total y se utilizaba para asistir a reuniones,
conferencias y visitas grupales a otros proyectos.
Entre 1984 y 1991 se probó la estructuración de redes en Argentina, Brasil, Chile, Colombia
y México. En su mayoría iniciaron como una red nacional, financiada por fundaciones, específica
para cada proyecto. Pero como la mayoría de los proyectos se referían a la educación de las
profesiones de la salud basada en el enfoque de TSA y en la atención médica primaria/sistemas
locales de salud, las redes pronto convergieron en torno a esos temas. Los primeros intentos
de involucrar proyectos de salud dental y de administración de la salud en esas redes no
evolucionaron como se esperaba.
Las redes más notables y productivas fueron las implementadas en Brasil y Colombia,
probablemente debido al gran número de proyectos financiados y a que los sistemas de salud
de esos países estaban pasando por reformas importantes. Las redes en Colombia y Brasil
desempeñaron un papel importante en la formulación de las políticas públicas del momento.
La red brasileña de proyectos de salud universitarios de TSA, denominada Red IDA, por su
acrónimo de Integración de Servicios de Enseñanza en portugués, fue la más exitosa. Creada en
1986, la Red IDA tuvo como sede la Universidad Federal de Minas Gerais, como parte del trabajo
inicial para formar redes. Las organizaciones que la integran determinaron que el secretariado
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