Page 74 - Aprendizajes y Legados del Trabajo en el Campo
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Una Inversión sin Precedentes en Programas de Salud
Entre 1986 y 2008, la Fundación donó más de USD 139 millones a 314 proyectos de salud en
América Latina y el Caribe; el 95% de esa cantidad se otorgó antes del cambio de siglo, cuando
la Fundación replanteó el enfoque de su trabajo en América Latina y el Caribe. Los proyectos se
extendieron a 21 países. Estas cifras son impresionantes per se: ninguna otra organización privada
invirtió tanto en la región.
Más allá de estas cifras, la importancia de la labor de la Fundación se percibe en sus
numerosos legados: en la educación de las profesiones de la salud, en los modelos de atención
médica dirigidos a las comunidades, en la administración de la salud, en los sistemas de
información de la salud y en la fluoración de la sal.
Los logros sobresalientes del programa de América Latina y el Caribe de 1941 a 1985 se
difundieron, replicaron y ampliaron incluso después de ese periodo. La sólida base del trabajo
realizado permitió el rápido crecimiento y expansión de los programas de salud en 1986 y
más allá, acompañando el crecimiento de los activos de la Fundación. Se incorporó personal
nuevo al programa de América Latina y el Caribe, y los miembros del personal fueron ubicados
estratégicamente en varios países de la región. La nueva estructura situó a más personal cerca
de las áreas en las que prestaban sus servicios, y permitió a la WKKF aumentar rápidamente los
fondos disponibles para los programas de salud de América Latina y el Caribe.
El programa de salud de la Fundación allanó un camino de reformas cuyas huellas
permanecen en muchas universidades destacadas de América Latina y el Caribe. Docenas de
facultades de medicina, enfermería y odontología de la región fueron beneficiarias en algún
momento y sus proyectos ayudaron a que las universidades crecieran y adquirieran mayor
relevancia para sus constituyentes. Gran parte de los profesores líderes de hoy en día en estos
campos participaron en algún proyecto financiado por la Fundación como estudiantes de
licenciatura o como jóvenes profesionales, y su visión a futuro se vio influenciada por lo que
experimentaron. Diversos miembros de los equipos centrales del proyecto han ascendido a
puestos de dirección en la administración pública o en las universidades, donde han incorporado
las lecciones aprendidas en las políticas públicas.
En Brasil, muchos de los líderes que encabezaron la reforma del sistema de salud durante el
periodo de conceptualización e implementación temprana participaron en los primeros proyectos
de TSA que probaron los enfoques de la atención médica primaria y la medicina familiar. En
Argentina, Chile, Colombia, México y Perú, algunos participantes anteriores de proyectos
financiados por la WKKF alcanzaron posiciones importantes en sus profesiones y ayudaron a
difundir su aprendizaje.
Entre los logros visibles de tantos proyectos y el legado de los líderes formados y las fuertes
instituciones apoyadas, la contribución de la Fundación Kellogg al desarrollo de la salud en
América Latina y el Caribe, es incuestionable y ampliamente reconocida por quienes ejercen su
labor en los campos de la enfermería, la educación en las profesiones de la salud, la administración
de la salud, la salud dental, la salud de los adolescentes y de la comunidad.
Cuando la Fundación redefinió su dirección en 1999, enfatizando la participación de los
jóvenes en proyectos de desarrollo basado en un lugar, el personal de América Latina y el Caribe
rediseñó su programa regional en consecuencia. La implementación del nuevo enfoque comenzó
en el año 2000 y el apoyo de la WKKF a proyectos de salud típicos disminuyó gradualmente. Si
bien la labor relacionada con la salud de los adolescentes y la adolescencia sana podía trasladarse
a los nuevos proyectos basados en un lugar, se interrumpió la labor en áreas como el desarrollo de
la enfermería, la administración de la salud y la educación de las profesiones de la salud. Dichos
programas de salud fueron eliminados a un ritmo adecuado, respetando los compromisos previos
de la Fundación con las iniciativas activas. Hasta 2003, la Fundación otorgó donativos para el
cierre del programa de UNI y de la educación de enfermería a distancia que se encontraba en
curso. Los proyectos activos en algunas de estas áreas temáticas continuaron hasta 2006.
Numerosos líderes de la región lamentaron la decisión de la Fundación y admitieron que
la zona estaba perdiendo a un importante jugador estratégico.
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