Page 77 - Aprendizajes y Legados del Trabajo en el Campo
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El objetivo de los programas de desarrollo rural era promover “...un proceso comunitario...para
                   abordar la producción e ingesta de alimentos, la generación de ingresos, la educación, el desarrollo
                   de la juventud, la mejora de la salud, los problemas ambientales, el desarrollo del liderazgo y sus
                   interrelaciones, y la mejora del bienestar de la comunidad a través de su empoderamiento para
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                   sostener el proceso de desarrollo”.  El creciente interés en la agricultura y el desarrollo rural
                   representó una preocupación explícita por lograr “... un mejor equilibrio entre las diferentes áreas
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                   de interés de programación de la Fundación”,  canalizando más fondos a la agricultura y otras
                   áreas de programas relacionadas con la salud. Adicionalmente, la inversión de la Fundación en
                   la región creció en general desde principios de la década de 1980 hasta mediados de la década de
                   1990. En 1993, el financiamiento para la agricultura y el desarrollo rural había aumentado hasta
                   representar más de un tercio del total del financiamiento de América Latina y el Caribe,
                   en comparación con una cuarta parte en 1983.
                       La mayoría de los proyectos financiados en esta área se centraron en la agricultura y el
                   desarrollo en lugares asolados por una gran pobreza, en condiciones ecológicas frágiles donde los
                   problemas de producción alimentaria eran mayores, como las regiones semiáridas con escasez de
                   lluvias y regiones montañosas con topografía accidentada. En lugar de apoyar a los campesinos
                   sin tierras o a agricultores de gran escala, la mayor parte de la ayuda se dirigió, directa o
                   indirectamente, a los pequeños agricultores con acceso a al menos una pequeña parcela de
                   tierra apta para el cultivo, un grupo que históricamente no ha sido beneficiario de las políticas y
                   servicios públicos. Muchos proyectos tenían por objeto ampliar las oportunidades de desarrollo de
                   las mujeres en comunidades rurales, los jóvenes o las poblaciones tradicionalmente marginadas,
                   como los grupos indígenas, a menudo excluidos de las inversiones públicas y privadas. Detrás
                   de todos estos esfuerzos existía un interés constante de mejorar la calidad de vida rural mediante
                   un enfoque “centrado en las personas”, de modo que las poblaciones y comunidades rurales
                   pudieran funcionar como los principales agentes de su propio desarrollo.
                       En las siguientes secciones se describe la evolución de los programas para la agricultura y
                   el desarrollo rural en América Latina y el Caribe desde 1986 hasta 2008.  Una serie de proyectos
                                                                               65
                   y estudios de caso ejemplares ilustran el desarrollo y los éxitos de los programas en la región.
                   Muchos otros no se citan debido a limitaciones de espacio. Los proyectos se han clasificado dentro
                   de los temas generales que abordaron, reconociendo que esto tiende a ser una simplificación
                   excesiva de los proyectos que, en realidad, eran complejos y multifacéticos, y que abordaban
                   varias preocupaciones de manera simultánea.

                   El Fortalecimiento de las Instituciones Regionales
                       Desde sus inicios en la región, una de las principales preocupaciones de la Fundación
                   fue fortalecer la capacidad de las principales instituciones de alcance regional. En cuanto a
                   agricultura, alentó a las instituciones a ser más pertinentes y receptivas a las necesidades y
                   aspiraciones de los pequeños agricultores y las comunidades rurales, comprometiéndose a atender
                   mejor sus necesidades, tanto en las proximidades de las instituciones como en otros lugares.
                   Esto frecuentemente implicaba inspirar y apoyar a las instituciones a medida que reorientaban
                   su enfoque y sus prácticas.
                       Se pueden destacar dos ejemplos en particular. En 1949, la Fundación ayudó a crear el
                   Instituto de Nutrición para Centroamérica y Panamá (INCAP), con sede en la Ciudad de
                   Guatemala, Guatemala. Durante los siguientes 40 años, en colaboración con la OPS y los
                   gobiernos de la región, la WKKF proporcionó apoyo para las instalaciones físicas, el desarrollo
                   del personal, por medio de becas y académicos visitantes, y asistencia a los países miembros en
                   el diseño de políticas y programas de nutrición para hacer frente a las altas tasas de desnutrición
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                   en Centroamérica.  A comienzos de la década de 1990, la Fundación instó al INCAP a cambiar
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                   64   Plan para América Latina y el Caribe para la década de 1990. 20 de diciembre de 1990.

                   65   Ver capítulo 9 para entender cómo se organizaron los programas de América Latina y el Caribe a partir de 2008.
                   66   Información sobre INCAP de la visita del consejo de fideicomisarios en 2001: Centroamérica 10 al 18 de octubre, 2001.


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