Page 92 - Aprendizajes y Legados del Trabajo en el Campo
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comunitarios y de instituciones, estabilidad política y económica relativa y el tiempo suficiente
para que el cambio ocurriera y fuera institucionalizado. Por último, a través de UNIR, los
proyectos llegaron a miles de estudiantes y personal de toda la región que luego esparcieron
nuevos enfoques de enseñanza y desarrollo rural.
La Iniciativa para la Nutrición Humana: Mejora de la Seguridad Alimentaria y la
Nutrición Rural
A principios de la década de 1990, el personal de la Fundación empezó a explorar
opciones de una nueva iniciativa de programación para atacar la desnutrición entre los pequeños
agricultores rurales (es decir, que tenían una pequeña granja con una mezcla de cultivos
comerciales y para subsistir) en la región de América Latina y el Caribe. La nutrición en América
Latina y el Caribe no era una preocupación nueva para la Fundación. La primera donación de
la WKKF en América Latina se otorgó al gobierno de México en 1943 con el fin de mejorar la
nutrición infantil por medio de un programa de comidas escolares. A esta le siguieron varias
subvenciones para fortalecer a los institutos para la nutrición en Guatemala, México y Ecuador.
Los primeros proyectos de la Fundación para la atención médica pública mostraron un interés
subyacente en la nutrición infantil y el rol de la agricultura en el abastecimiento alimentario
sano y sostenible. La necesidad de mejorar la disponibilidad alimentaria al igual que la nutrición
estuvo implícita en subvenciones más recientes para mejorar los sistemas agrícolas y promover el
desarrollo rural.
La Iniciativa para la Nutrición Humana (INH o HNI en inglés) fue nueva en cuanto a
que se enfocaba por completo en el sistema alimentario, de la producción al consumo, junto
con un énfasis en las comunidades productoras de alimentos que son el núcleo del sistema.
Buscaba comprender las causas de la desnutrición, así como superar los obstáculos ante la
seguridad alimentaria entre las poblaciones rurales en una época en que, a pesar del crecimiento
y recuperación económicos de la región, la inseguridad alimentaria persistía, las tasas de
desnutrición eran altas y el consumo desmedido de ciertos grupos alimenticios emergía entre las
poblaciones de bajos recursos, frecuentemente en combinación con la inseguridad alimentaria.
A nivel ideológico, la iniciativa se alineaba muy de cerca con el movimiento por la soberanía
alimentaria originado con Vía Campesina, el movimiento internacional de campesinos fundado
en 1993. En particular, identificó los efectos negativos de las políticas de liberalización comercial
que abrieron los mercados alimentarios a la competencia global y eliminaron los aranceles en
importaciones. Junto con las políticas agrícolas y los subsidios que favorecían la producción de
monocultivos a gran escala de productos básicos, los pequeños agricultores quedaron vulnerables
ante la fluctuación de la demanda y la caída de los precios.
La meta general de la INH era demostrar la viabilidad de la agricultura a pequeña escala. Esta
demostraría que, aplicando métodos ambientalmente sostenibles y con el acceso adecuado a una
mínima cantidad de recursos, un lote pequeño de terreno, tecnologías de bajo costo, agua, capital,
información y trabajo en familia, los pequeños agricultores podrían llevar a sus hogares una
nutrición segura y diversa, así como abastecer a los mercados locales en una economía cada vez
más globalizada. Para lograr esto, la iniciativa promovió cuatro estrategias integradas: producción
alimentaria utilizando métodos agrícolas intensos en lotes pequeños, educación nutricional,
organización comunitaria y la rotación de fondos para préstamos comunitarios para inversiones
pequeñas de capital.
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Entre 1996 y 2004, 74 organizaciones en 14 países recibieron financiamiento; casi todas las
subvenciones fueron para ONG pequeñas con fuertes lazos con las comunidades rurales. Para
demostrar la viabilidad de los pequeños productores en condiciones diversas y casi siempre
adversas, las subvenciones se distribuyeron en una amplia gama de zonas agroecológicas,
desde las regiones áridas del norte de México a las zonas montañosas de los Andes y las áreas
semitropicales de Brasil.
El personal de los beneficiarios participó en talleres de fortalecimiento de capacidades,
76 Esta última fecha es la de inicio de la última donación para Nutrición Humana; la última financiación del proyecto
finalizó en 2007.
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